jueves, 23 de abril de 2009

Conversación telefónica con
Gerardo Hernández, uno de los
Cinco cubanos presos políticos del Imperio


Por Saul Landau

(Esta conversación tuvo lugar el 1 de abril de 2009. Nuestro equipo de filmación recibió la aprobación del Departamento de Justicia para hablar con “el prisionero” en presencia de un funcionario de la prisión. Antes de su arresto en 1998, Gerardo dirigió las operaciones de los otros agentes de la Seguridad del Estado cubana que se infiltraron en grupos violentos en el área de Miami con el propósito de impedir que realizaran ataques terroristas contra instalaciones turísticas en Cuba. Tomamos cuidadosamente notas completas.)

Saul Landau: ¿Cuál era su misión y por qué?

Gerardo Hernández: En EEUU en general y específicamente en la Florida, muchos grupos contemplaron y realizaron actos de terrorismo en Cuba. Estábamos acopiando información acerca de Alfa 66, Comandos F4, la Fundación Nacional Cubano-Americana y Hermanos al Rescate. Han pasado muchos años y espero que nada se me haya escapado, pero creo que esos eran los grupos principales en los que trabajábamos (infiltrados).

Landau: ¿Qué supieron por medio de su infiltración?

Hernández: Lo primero que supe fue la impunidad con que operaban esos grupos, violando las leyes de EEUU: la Ley de Neutralidad (de la década de 1790) que supuestamente significa que ninguna organización puede usar el territorio norteamericano para cometer terrorismo contra otro país.

En el caso de Alfa 66, los operativos abordaban una lancha rápida y disparaban contra objetivos en la costa de Cuba. Cuando regresaban a Miami, celebraban una conferencia de prensa y decían abiertamente lo que habían hecho.

Y cuando alguien les preguntaba, “Oigan, ¿eso no es una violación de las leyes de neutralidad?”, ellos respondían: “En realidad no, porque primero fuimos a uno de los cayos en algún lugar del Caribe y luego fuimos a Cuba. Así que técnicamente no partimos de EEUU.”. Lo hacían abiertamente y ninguna agencia norteamericana les exigió responsabilidad.

Landau: ¿En qué años?

Hernández: Esto ha estado sucediendo desde 1959. Personalmente comencé a dedicarme a esto desde la década de 1990. Como he estado aquí en la prisión de Victorville (California) desde hace unos 3 años, creo que en 2005 arrestaron a un cubano en este país con un arsenal, todo tipo de armas, todo tipo de armas en su casa. Y lo primero que dijo que, “Bueno, yo soy miembro de Alfa 66 y estoy usando esas armas en la lucha por la libertad cubana”. Esa fue su defensa.

Landau: ¿Los Cinco de Cuba eran todos voluntarios? ¿Cómo se prepara uno para infiltrar a un grupo enemigo en un país enemigo? ¿Y luego actuar como si ustedes fueran enemigos de su propio país y amigos de ellos?

Hernández: Sí, todos éramos voluntarios. En mi caso, yo no soy un militar de carrera. Estudié para diplomático. Me llevó 6 años obtener mi título en Relaciones Políticas Internacionales. Después fui a Angola, como parte de una misión internacional voluntaria. Y mientras estaba en Angola parece que llamé la atención de los servicios cubanos de inteligencia, y cuando regresé me propusieron esta misión. Dijeron, “Sabemos que estudiaste para diplomático, pero sabes que nuestro país tiene una situación con esos grupos terroristas que vienen de la Florida para cometer todo tipo de crímenes y necesitamos que alguien vaya y cumpla estas tareas”.

Pude haber dicho “No, estudié diplomacia. Quiero ser diplomático”, pero los cubanos, los que crecimos con la Revolución, sabemos que durante los últimos 50 años nuestro país ha estado en un entorno casi de guerra. En Cuba, él que no conoce personalmente a una víctima del terrorismo al menos sabe acerca del avión que estalló en pleno vuelo sobre Barbados, en el que murieron 73 personas (octubre de 1976). ¿Quién no sabe de la bomba puesta por un salvadoreño que dice que fue reclutado por Luis Posada, (en 1997) y que mató a Fabio di Celmo (un turista italiano y huésped del Hotel Copacabana en La Habana) para solo mencionar algunos actos? En un jardín de la infancia los contrarrevolucionarios pegaron fuego a un tanque de gas. Estas acciones son parte de la conciencia cubana. Así que dije a los oficiales de inteligencia: “Sí, estoy dispuesto a cumplir esa misión”.

Landau: ¿Cómo logró usted infiltrarse en esos grupos? ¿Cómo convenció a gente como José Basulto (jefe de Hermanos al Rescate), por ejemplo?

Hernández: Para los cubanos, en este país todo está relacionado. Los cubanos en Estados Unidos tienen enormes privilegios que no tienen los ciudadanos de ningún otro país. Los cubanos llegan por cualquier ruta, incluyendo con pasaporte falso, y lo único que tienen que decir es: “Vengo en busca de libertad”, e inmediatamente EEUU les da todos los documentos necesarios. Así que en el caso de Basulto, por ejemplo, uno de nuestros compañeros que se infiltró en Hermanos al Rescate originalmente “robó” un avión en Cuba. René (Gonzáles, otro de los Cinco) pilotó el avión hasta aquí y, como es costumbre, fue recibido como un héroe. Recibió mucha atención y luego se unió a los Hermanos.

Su tarea era acopiar información acerca de esa organización.

Así que si me pregunta cómo lo hicimos, digo que usamos como base para la infiltración los mismos privilegios que todos los cubanos reciben cundo llegan a este país, incluso a los que han traído a otros y han secuestrado aviones, o le han puesto una pistola en la cabeza al piloto. Vea a gente como Leonel Matías, que mató a alguien en un barco (en 1994 secuestró un barco en Cuba y mató a un oficial de la Marina). Él llegó aquí en ese barco, con su pistola, e incluso descubrieron el cadáver. Pero a pesar de todo eso no tuvo que enfrentarse a ningún proceso en el sistema judicial norteamericano. Esas personas automáticamente son amnistiadas. Así que usando exactamente ese tipo de ventaja, pudimos penetrar esas organizaciones hasta cierto nivel.

Cuando menciono a Hermanos al Rescate algunos pueden pensar: “Esa es una organización humanitaria que rescató a balseros”. Por el contario, mientras sus actividades se limitaron a rescatar a balseros no tuvieron problema con las autoridades cubanas. Lo que la gente no sabe es que José Basulto, el jefe de esa organización, tiene un largo historial. Él fue entrenado por la CIA y se infiltró en Cuba en la década de 1960. En 1962 fue a Cuba en una lancha rápida y cañoneó la costa cubana, incluso disparó contra un hotel. Hasta Basulto, con todo su historial conocido, no tuvo problemas mientras limitó sus acciones a rescatar a balseros. Sin embargo, en 1995 Estados Unidos y Cuba firmaron acuerdos migratorios que especificaban que los botes interceptados en alta mar ya no vendrían a Estados Unidos, sino que serían regresados a Cuba. En ese momento la gente dejó de donar dinero a Basulto y su organización porque dijeron, “¿Por qué vamos a dar dinero a la organización de Basulto? ¿Cuándo él llame a la Guardia Costera van a devolver a esos balseros a Cuba?”

Así que cuando Basulto vio que su negocio estaba en peligro, inventó esta invasión (en 1995) del espacio aéreo cubano como forma de que la gente siguiera donando dinero. Presentamos esta evidencia en nuestro caso. Si la prensa no ha querido prestar mucha atención a esto… bueno, no quieren tocar ese material. No les corresponde. Me refiero a la gran prensa. Los documentos están ahí, que prueban que Basulto y Hermanos al Rescate estaban probando armas hechas a mano para introducirlas en Cuba.

Cuando Basulto prestó testimonio en nuestro juicio (en 2001), nuestro abogado le preguntó que pensaba hacer con todas esas armas. Todo esto se encuentra en las actas, aunque nadie parece querer prestarle atención. La gente tiende a hablar acerca de Hermanos al Rescate como si fuera una organización humanitaria, y omite la parte del terrorismo, como omite el hecho de que el FBI también penetró esa organización. El FBI tenía a alguien dentro del grupo que le daba información acerca de las actividades de los Hermanos. ¿Para qué va a penetrar el FBI a una organización humanitaria?

Saul Landau: ¿Y Usted personalmente conocía a algunos de estos terroristas?, como usted los llamaba.

Gerardo Hernández: No. Vi a algunos. Pero no tuve contacto. Se acusa a algunos de nosotros [los cinco] de haber sido oficiales ilegales. En el caso mío, yo tenía una identidad falsa. Yo era Manuel Viramontes. Yo recopilaba información que me daban los agentes que mantuvieron sus propias identidades, como en el caso de Rene González. El mantuvo su propio nombre. El robó un avión de Cuba. Alguien así cuenta con la confianza como para poder acercarse a una organización. En el caso mío no, porque soy una persona que ni siquiera tengo una historia verídica. Mi función era recopilar la información que ellos me daban y enviarla para Cuba.

Landau: ¿Usted trabajo durante el día como diseñador grafico, no?

Hernández: Era más bien trabajo por cuenta propia. Al menos era mi historia, ¿no? Llegue a hacer algunas ilustraciones para algún periódico, pero era básicamente una historia para salvar la imagen.

Landau: ¿Entonces tú supervisabas a los demás que habían infiltrado a los grupos? Explique como se hace.

Hernández: No es muy conveniente dar muchos detalles, ¿no? En los récords del caso esta documentado que habían todo una serie de agentes que tenían acceso a determinadas organizaciones [terroristas]. Su función era precisamente proteger a Cuba determinando de antemano los planes [terroristas] de estas organizaciones, y previniendo a Cuba.

Rene por ejemplo estaba en Hermanos de Rescate, se enteraba, Basalto hizo un comentario de que tienen un arma listo para probar con unos blancos en los Everglades. Lo están disparando y tiene una buena efectividad. Y el plan es buscar un lugar en Cuba donde se pueden descargar. Me avisaba por un sistema de comunicación que teníamos previamente acordado, digamos un beeper. Yo atendía a su llamada, acordábamos en vernos también con un lenguaje previamente acordado. Nos veíamos en un lugar después de tomar todo una serie de medidas y el me decía, “Mira esta pasando esto, están probando un arma que quieren introducir en Cuba.” O “Alfa 66 esta planeando una expedición. Se quieren acercar a las costas de Cuba otra vez a disparar.” O “Están pensando poner una bomba en un avión que viaje de Centroamérica a Cuba para afectar el turismo.” ¡No estoy inventando nada! Entonces les instruía en como buscar más información sin tomar riesgos innecesarios. Y mandaba información para Cuba y Cuba me respondía, “Es necesario hacer esto, hacer lo otro, buscar información por esta vía, por la otra.” Básicamente ese era el trabajo.

Landau: ¿Me puede describir en detalle el día que fue arrestado por el FBI?

Hernández: Bueno, fue un sábado [12 de Septiembre, 1998]. Yo estaba durmiendo. Eran aproximadamente las 6 de la mañana. Yo vivía en un apartamento, en un edificio, era bastante pequeño, de un cuarto. Mi cama estaba bastante cerca de la puerta, precisamente por ser pequeño. Recuerdo haber escuchado que alguien estaba forzando la cerradura, dentro del sueño. Apenas me dio tiempo de reaccionar porque sentí un estreno bien grande porque tumbaron la puerta. Era un team SWAT. Prácticamente eso no me dio tiempo ni de sentarme en la cama y estaba rodeado por personas con ametralladoras y con sus cascos, y todo se ha visto en las películas. Me arrestaron, me levantaron de la cama, me esposaron, me revisaron la boca. Parece que habían visto muchas películas de James Bond y pensaron que yo iba a tener cianuro en la boca. Me revisaron la boca para ver si no me iba a envenenar. Les pregunte porque me estaban arrestando, y me dijeron, “Tu sabes porque.” Me montaron en un carro y me llevaron para el cuartel del General del FBI en el Sur de la Florida que esta en la Avenida 163, allí en Miami. Allí comenzó el interrogatorio. Pero el arresto fue así como le digo.

Landau: ¿Y te pusieron en “la caja”?

Hernández: En el cuartel del FBI estuvimos un tiempo cada uno en oficinas separadas. Me sentaron en una oficina, me esposaron las manos a la pared. Allí me interrogaron. Tuve el “honor” de que viniera a verme Héctor Pesquera. El era el director del FBI del Sur de la Florida, y era Puertorriqueño. Y la identidad que yo tenía era de Puertorriqueño también; Manuel Viramonte era supuestamente Puertorriqueño también. Le dije que era de Puerto Rico y el me empezó a hacer preguntas sobre Puerto Rico. Todo tipo de pregunta. ¿Quien era el gobernador en este año? ¿Donde tú vivías? ¿Que guagua tu cogías para ir para á la escuela? ¿Por donde cogías? Y cuando el vio que yo se las respondía, se molesto bastante. Le dio un puño a la mesa y dijo, “Se que eres cubano y que te vas a podrir en una prisión porque Cuba no va a hacer nada por ti.” Entonces, no el específicamente, pero ya los otros que tomaron parte en el interrogatorio empezaron a hacer todo tipo de oferta. Me decían, “Tú sabes como es este negocio. Tú sabes que eres oficial ilegal, y lo que dice el libro es que Cuba no va a reconocer que ellos te mandaron para acá con un pasaporte falso. Cuba no va a poder hacer eso, así te vas a podrir en una prisión. Lo mejor que tu haces es cooperar con nosotros te ofrecemos lo que tu quieras. Te cambiamos la identidad, cuentas en el banco...” Lo que uno quiera, para que traicionara. Me decían, “Aquí esta el teléfono. Llama a tu Cónsul.” Todo tipo de estrategia para que uno traicionara. Eso paso a “los Cinco” cada uno por separado. Posteriormente nos llevaron a la prisión, al Centro de Detención Federal, en Miami, y donde nos ponen en lo llamado “el Hueco.”

Landau: ¿Por cuanto tiempo?

Hernández: Diecisiete meses. Los primeros cinco meses fueron bastante difíciles para “los Cinco,” por supuesto. Los que teníamos identidad falsa no teníamos nadie a quien escribir, ni nada quien nos escribiera, ni nadie a quien llamar por teléfono. A cada cierto tiempo nos tocaba una llamada telefónica y los guardias venían y abrían una ventanilla en la puerta y ponían el teléfono allí. ¿“No vas a llamar?

¿A familia allá en Puerto Rico?”

“No,” decía yo, “No voy a llamar a nadie.”

¿“Pero porque no llamas?” me decían para mortificar, porque ellos sabían que uno no era Puertorriqueño y que no iba a usar el teléfono. Fueron meses bastante duros.

Landau: ¿Describe el Hueco?”

Hernández: Es un área que tiene cada prisión, para disciplinar a los presos, o en casos de protección cuando no pueden estar con el resto de la población. En Miami era un piso; el piso 12. Son celdas de 2 personas, aunque hay quien esta de manera individual. Nosotros, los primeros 6 meses, estuvimos solos, cada uno en una celda individual-sin contacto ninguno. Posteriormente nuestros abogados tomaron algunas medidas legales para que se nos permitiera vernos de dos en dos. Pero esos primeros 6 meses estuvimos en “solitario,” con unas duchitas dentro de la celda para bañarse cuando quisiera. Pero así te mojas toda la celda cuando te banas. Allí uno pasa las 23 horas del día. Y hay una hora diaria de recreación en la que lo sacan a uno de la celda y lo llevan para otro lugar. En Miami era prácticamente otra celda, pero un poco mas grande y con unas rejillas, que se podía ver un poco del cielo. Sabias si era de día o de noche, y entraba aire fresco. Esa era la llamada “recreación”. Muchas de las veces no íbamos porque tomaba mucho tiempo en lo que esposara a uno, lo revisen, que le revisen a su celda, que lo lleven. A veces estuvimos todos juntos en la misma celda y podíamos conversar. El régimen era muy estricto. Se usa para disciplinar a los presos, como castigo por haber cometido una indisciplina grave. Estábamos 23, a veces 24 horas del día dentro de cuatro paredes bastante pequeñas y sin nada que hacer. Es bastante difícil del punto de vista humano. Muchas personas no podían resistir. Veías como perdían sus mentes, dando gritos.

Landau: ¿Usted hizo algo malo?

Hernández: Para allí fuimos desde el principio. Ellos dijeron que era para protegernos del resto de la población. Pero en mi opinión, tiene que ver con intentos de que nosotros cambiáramos de “orilla,” que traicionáramos. Cuando no funciono el miedo ni la intimidación, pensaron, “Bueno, vamos a ponerlos unos cuantos meses allí en solitario a ver si no cambian de opinión.”

Lo único que se podía leer era la Biblia, y había que hacer una solicitud por escrito al chaplain. Hice la solicitud, para tener algo que leer y pedí una Biblia. Cuando me la traen -- no se si era una gran casualidad o no -- pero tenia adentro algunas tarjetas, entre ellas con los teléfonos del FBI. Por si acaso que se me había olvidado, ¿no? Como diciendo, “Bueno, si este hombre que es Comunista esta pidiendo una Biblia… es porque esta de a punto de virarse. Me imagino que haya sido la forma en que ellos estaban pensaban, en el medio de su esquema, de su prejuicio.


Saul Landau está realizando actualmente (con Jack Willis) un filme acerca de los Cinco de Cuba. Sus otros filmes están disponibles en DVD por medio de roundworldproductions@gmail.comThis e-mail address is being protected from spam bots, you need JavaScript enabled to view it This e-mail address is being protected from spam bots, you need JavaScript enabled to view it . Landau es miembro del Instituto para Estudios de Política.

miércoles, 22 de abril de 2009

Reflexiones del compañero Fidel
OBAMA Y EL BLOQUEO

Ayer me refería al ángulo cómico de la “Declaración de Compromiso de Puerto España”.

Hoy podríamos referirnos al ángulo dramático. Espero que nuestros amigos no se ofendan. Entre el documento que nos llegó como proyecto para ser sometido por los anfitriones de la Cumbre y el que en definitiva se publicó había diferencias. En el corre corre de última hora, no hubo tiempo para nada. Algunos puntos se habían discutido en largas reuniones las semanas previas al evento. En el último minuto, proposiciones como la que presentó la delegación de Bolivia complicaron más el cuadro. Fue incluida como una nota en el documento, decía así:

“Bolivia considera que el desarrollo de políticas y de esquemas de cooperación que tengan por objetivo la expansión de los biocombustibles en el Hemisferio Occidental puede afectar e incidir en la disponibilidad de alimentos y su alza de precios, el incremento de la deforestación, el desplazamiento de población por la demanda de tierras, y por consiguiente repercutir en el incremento de la crisis alimentaria, afectando directamente a las personas de bajos ingresos, sobre todo a las economías más pobres de los países en desarrollo. El Gobierno boliviano a tiempo de reconocer la necesidad de búsqueda y uso de fuentes alternativas de energía que sean amigables con la naturaleza, tales como la energía geotérmica, solar, eólica, y los pequeños y medianos emprendimientos hidroeléctricos, plantea una visión alternativa basada en el vivir bien y en armonía con la naturaleza, para desarrollar políticas públicas que apunten a la promoción de energías alternativas seguras que garanticen la preservación del planeta, nuestra ‘madre tierra’.”

Téngase presente, al analizar esta nota de Bolivia, que Estados Unidos y Brasil son los dos más grandes productores de biocombustibles en el mundo, a lo que se opone un creciente número de personas en el planeta, cuya resistencia ha ido creciendo desde los oscuros días de George W. Bush.

Los asesores de Obama publicaron por Internet, en inglés, su versión de la entrevista del presidente de Estados Unidos con los periodistas en Puerto España. En un momento dado afirmó:

“Algo me pareció interesante –y esto lo conocía de manera más abstracta pero era interesante en términos específicos– fue escuchar a estos líderes que cuando hablaban de Cuba lo hacían muy específicamente acerca de los miles de médicos de Cuba que están diseminados por toda la región, y de los cuales estos países tienen una gran dependencia. Y esto es un recordatorio para nosotros en los Estados Unidos de que si nuestra única interacción con muchos de estos países es la lucha contra la droga, si nuestra única interacción es militar, entonces es posible que no estemos desarrollando conexiones que con el tiempo puedan aumentar nuestra influencia y tener un efecto beneficioso cuando tengamos necesidad de hacer avanzar políticas de nuestro interés en la región.

“Pienso que por ello es tan importante que para nuestra interacción no sólo aquí en el hemisferio sino en todo el mundo reconozcamos que nuestro poderío militar es tan sólo una parte de nuestro poder, y que tenemos que utilizar nuestra diplomacia y ayuda para el desarrollo de manera más inteligente, de tal suerte que los pueblos puedan ver mejorías concretas y prácticas en la vida de las personas comunes a partir de la política exterior de los Estados Unidos.”

Periodista Jake: “Gracias, señor Presidente. Usted ha escuchado aquí a muchos líderes de América Latina que desean que los EEUU levanten el embargo a Cuba. Usted ha dicho que es una influencia importante que no se debe eliminar. Pero en el 2004 usted sí apoyó el levantamiento del embargo. Usted dijo que no había logrado elevar los niveles de vida, que había apretado a los inocentes y que era hora de que reconociéramos que esta política en particular había fracasado. Me pregunto qué le ha hecho cambiar de opinión con respecto al embargo.”

Presidente: “Bueno, el 2004 me parece que está miles de años atrás. ¿Qué hacía yo en el 2004?”
Periodista Jake: “Postulado para el Senado.”

Presidente: “…El hecho de que Raúl Castro haya dicho que está dispuesto a que su Gobierno converse con el nuestro no sólo sobre el levantamiento del embargo, sino sobre otros temas como los derechos humanos, los presos políticos, esa es una señal de avance.

“…Hay algunas cosas que el Gobierno cubano pudiera hacer. Ellos podrían liberar presos políticos; podrían reducir el recargo a las remesas en correspondencia a las políticas que hemos aplicado de permitir a las familias de cubano-americanos enviar remesas, porque resulta que Cuba impone un enorme recargo, ellos le sacan una enorme ganancia. Ese sería un ejemplo de cooperación donde ambos gobiernos estarían trabajando para ayudar a la familia cubana y elevar el nivel de vida en Cuba.”

Sin duda que el Presidente interpretó mal la declaración de Raúl.

Al afirmar el Presidente de Cuba que está dispuesto a discutir cualquier tema con el Presidente de Estados Unidos, expresa que no teme abordar cualquier tipo de asunto. Es una muestra de valentía y confianza en los principios de la Revolución. Nadie debe asombrarse de que hablara de indultar a los sancionados en marzo de 2003 y enviarlos todos a Estados Unidos, si ese país estuviera dispuesto a liberar a los Cinco Héroes antiterroristas cubanos. Aquellos, como ya ocurrió con los mercenarios de Girón, están al servicio de una potencia extranjera que amenaza y bloquea a nuestra Patria.

Por otro lado, la formulación de que Cuba impone un “enorme recargo” y “obtiene enormes ganancias” es un intento de sus consejeros para sembrar cizaña y dividir a los cubanos. Todos los países cobran determinadas cifras por las transferencias de divisas. Si son dólares, con más razón debemos hacerlo, porque es la moneda del Estado que nos bloquea. No todos los cubanos tienen familiares en el exterior que envíen remesas. Redistribuir una parte relativamente pequeña en beneficio de los más necesitados de alimentos, medicamentos y otros bienes es absolutamente justo. Nuestra Patria no posee el privilegio de convertir en divisas los billetes que salen de las imprentas del Estado, que los chinos muchas veces han llamado “moneda chatarra”, como he repetido en varias ocasiones y ha sido una de las causas de la actual crisis económica. ¿Con qué dinero Estados Unidos salva sus bancos y multinacionales endeudando a su vez a las futuras generaciones de norteamericanos? ¿Estaría Obama dispuesto a discutir sobre esos temas?

Daniel Ortega lo dijo bien claro cuando recordó su primera conversación con Carter, que hoy vuelvo a repetir:

“Tuve la oportunidad de encontrarme con el presidente Carter y cuando me decía que ahora que había salido la tiranía de los Somoza, que el pueblo nicaragüense había derribado la tiranía de los Somoza, era la hora ‘de que Nicaragua cambie.’ Le dije: ‘No, Nicaragua no tiene que cambiar, los que tienen que cambiar son ustedes; Nicaragua nunca ha invadido a Estados Unidos; Nicaragua nunca ha minado los puertos de Estados Unidos; Nicaragua no ha lanzado una sola piedra en contra de la nación norteamericana; Nicaragua no ha impuesto gobiernos en Estados Unidos, son ustedes los que tienen que cambiar, no los nicaragüenses.’”

En la conferencia de prensa y en las reuniones finales de la Cumbre, Obama dio muestras de autosuficiencia. No fueron ajenas a esa actitud del Presidente norteamericano las posiciones abyectas de algunos dirigentes latinoamericanos. Dije hace unos días que todo lo que cada cual dijera o hiciera en la Cumbre se conocería.

Cuando expresó, respondiendo a Jake, que desde el 2004 hasta hoy habían transcurrido miles de años, fue superficial. ¿Debemos esperar tantos años para que suspenda su bloqueo? No lo inventó, pero lo hizo suyo igual que otros diez presidentes de Estados Unidos. Se le puede augurar por ese camino un fracaso seguro como el de todos sus predecesores. Ese no fue el sueño de Martin Luther King, cuyo papel en la lucha por los derechos humanos iluminará cada vez más el camino del pueblo norteamericano.

Vivimos tiempos nuevos. Los cambios son ineludibles. Los líderes pasan, los pueblos permanecen. No habrá que esperar miles de años, solo ocho serán suficientes, para que en un auto más blindado, un helicóptero más moderno y un avión más sofisticado, otro Presidente de Estados Unidos, sin duda menos inteligente, prometedor y admirado en el mundo que Barack Obama, ocupe ese inglorioso cargo.
Mañana tendremos más noticias de la Cumbre.

Fidel Castro Ruz
Abril 21 de 2009
5 y 34 p.m.