sábado, 31 de octubre de 2009

La historia no contada de los Cinco (Continuación)


Ricardo Alarcón de Quesada


XV: La importancia de ser un mentiroso (2)
¿Sin ninguna excepción?
La solicitud formal de Venezuela para la extradición de Posada Carriles está bien fundada. Existe un Tratado de Extradición entre Venezuela y Estados Unidos, ratificado por ambos países en 1922, que se ha estado ejecutando a lo largo de un siglo. Venezuela ha seguido la letra de la ley al emitir su Corte Suprema una orden de arresto para el fugitivo, que había escapado de una cárcel venezolana en 1985. El gobierno venezolano transmitió formalmente su solicitud de extradición al gobierno de Estados Unidos el 15 de junio del 2005.


De acuerdo con el Tratado, Washington debió haber detenido inmediatamente a Posada y presentado su caso a una corte federal para un proceso de extradición en el cual la Secretaria de Estado tendría la última palabra. Así es como supuestamente funciona en Estados Unidos la idea de Montesquieu de la "separación de poderes".


Pero nada parecido ha ocurrido en más de cuatro años. El gobierno de Estados Unidos ha preferido no detener a Posada Carriles ni presentar el caso a una corte federal para su extradición. Estados Unidos podría también haber detenido a Posada bajo su propia Ley Patriota, que le da al Fiscal General la autoridad para mantener detenido a un terrorista hasta su salida definitiva del territorio norteamericano. La Ley Patriota obvia la necesidad de consultar con los tribunales en el caso de la detención de un terrorista. El Fiscal General solamente necesita declarar terrorista a esa persona. (Ver Sección 1226 (A) del Título 8 del Código de Estados Unidos). Al decidir no declarar terrorista a Posada y permitirle deambular libremente, Estados Unidos está en abierta violación de su propia Ley Patriota. Y al ignorar el Tratado de Extradición con Venezuela y varias convenciones internacionales contra el terrorismo, Washington viola de forma escandalosa la Constitución norteamericana y específicamente el Artículo VI que establece que tales tratados internacionales "serán la suprema ley del país".


Bush decidió que la mentira de Posada a un burócrata era un crimen más grave que 73 cargos por asesinato en primer grado. Y en lugar de acatar las obligaciones contraídas por la Constitución de Estados Unidos y por los tratados, prefirió intentar convencer a otros gobiernos a que lo ayudaran a dar refugio y proteger a Posada. Sin embargo, ningún otro gobierno estaba preparado para hacer eso.


La Administración ha ignorado rotundamente ciertas convenciones internacionales que están entre los pilares principales de la lucha contra el terrorismo internacional: la Convención de Montreal para la Represión de Actos Ilícitos contra la Seguridad de la Aviación Civil y la Protección de los Pasajeros y la Convención Internacional contra Actos de Terrorismo Cometidos con el Uso de Bombas.


Ambas convenciones incluyen una disposición muy específica para que sea imposible que algún sospechoso de tales crímenes escape del proceso judicial. Ellas establecieron una alternativa para la extradición: solamente una. Si algún Estado no cumple con una solicitud de extradición, estará obligado a procesar inmediatamente y llevar a juicio al presunto criminal por el mismo crimen, como si este hubiera sido cometido en su propio territorio. Esto tiene que hacerse, según ambas convenciones, "sin excepción alguna".


En septiembre del 2001, unos días después del atentado a las Torres Gemelas, la Administración Bush instó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a que adoptara medidas concretas y de obligatorio cumplimiento que todo país debía acatar, bajo la amenaza del uso de la fuerza en caso de no hacerlo. La Resolución 1373 del Consejo de Seguridad, introducida por la delegación norteamericana y aprobada por unanimidad, convirtió en una obligación para todos los estados miembros cooperar en el enjuiciamiento de sospechosos fugitivos, negándoles asilo, condenando las excusas políticas para no extraditarlos y exigiendo la completa aplicación de todos los acuerdos internacionales contra el terrorismo, incluyendo las dos Convenciones referidas anteriormente.


Para garantizar la implementación de la resolución 1373 se estableció un comité especial permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que se reúne regularmente en su sede en Nueva York. En cada reunión, Estados Unidos es denunciado por estar en clara violación de la Resolución 1373 con su hipócrita doble rasero en relación con el terrorismo que se refleja en su protección a Luis Posada Carriles y en el encarcelamiento de los Cinco Cubanos.


La próxima etapa de la farsa conocida como "juicio" a Posada está programada para el 1ro de marzo del 2010. Posada será "juzgado" por cargos de perjurio. Para entonces, ya serán cinco años de firmes esfuerzos de Estados Unidos por proteger a un terrorista y no permitir que sea juzgado por sus verdaderos crímenes. Para entonces, cinco héroes antiterroristas estarán en medio de su doceavo año de injusto y cruel castigo.


Al no respetar sus obligaciones con los tratados internacionales, Washington está socavando los principales instrumentos legales que fueron concebidos para sostener la lucha contra el terrorismo que se supone sea de la más alta prioridad para Estados Unidos. El daño a la credibilidad de Estados Unidos puede no ser percibido claramente por muchos norteamericanos porque los grandes medios corporativos no les dejan percatarse de ello. No se les permite conocer cómo es rechazada universalmente la hipocresía y la arrogancia que impregna la política de Estados Unidos. Imaginarse la posibilidad de que Estados Unidos juegue algún papel de liderazgo en el mundo, sin mencionar la idea de que sea respetado, es permitirse una fantasía irracional y sin fundamento.

Tomado de Miami5
La historia no contada de los Cinco (Continuación)

Ricardo Alarcón de Quesada

XV: La importancia de ser un mentiroso (1)
PASTELITOS DE GUAYABA
Luis Posada Carriles es un genuino VIP* que disfruta cortesías y privilegios únicos que no se brindan a dignatarios y celebridades. Pero también es un terrorista internacional confeso y debidamente certificado.

Posada comenzó su larga carrera con tempranas acciones contra la Revolución cubana, incluyendo el fiasco de Bahía de Cochinos y fue durante varios años el hombre de la CIA en la policía política de Venezuela donde se convirtió en líder de algunos bien conocidos torturadores;

Era buscado por la Interpol desde que escapó de una cárcel venezolana en 1985 —Hugo Chávez era todavía un joven desconocido— mientras lo juzgaban por planear y organizar la primera destrucción de un avión civil en pleno vuelo y el asesinato a sangre fría de 73 seres humanos;

Apareció inmediatamente en Centroamérica como figura principal en el escándalo Irán-Contra, siendo mencionado varias veces durante la investigación del Senado de Estados Unidos y en el diario de Oliver North;

Publicó su autobiografía —un bestseller en Miami— y ha comparecido muchas veces en los medios locales y norteamericanos;

Dos veces aterrizó en la primera plana del New York Times, en números consecutivos, describiendo su responsabilidad en la campaña de atentados con bombas en Cuba en los años noventa;

Encontrado culpable por un tribunal panameño de crímenes asociados con un intento de atentado con bombas en la Universidad con el objetivo de asesinar a Fidel Castro y a cientos de estudiantes y profesores, fue perdonado ilegalmente por la Presidenta de Panamá, la víspera de su último día en el puesto y después de haber recibido emisarios especiales enviados a la carrera por George W. Bush;

De nuevo volvió a "esconderse" en algún lugar de Centroamérica, pero mantuvo constante comunicación con sus socios en la Fundación Nacional Cubano Americana y otros grupos terroristas y recaudó dinero en frecuentes y bien publicitados eventos con esos fines.

Sí, ha sido una larga carrera de infamia, siempre a nombre de los intereses y objetivos de Estados Unidos, como proclamó orgullosamente su abogado de Miami.

Si vamos a creer en sus palabras, durante todo ese periodo Posada visitó Estados Unidos en varias ocasiones, aunque pasando inadvertido. Un día decidió establecerse allí para siempre. Después de todo, su familia ha estado residiendo en Miami por décadas.

Y entonces regresó a casa.

Posada Carriles entró a la Florida en marzo del 2005, de forma clandestina, sin visa norteamericana, como millones de latinos tratan de hacer infructuosamente una y otra vez. Pero no fue arrestado, y mucho menos deportado. La historia de cómo lo hizo, en el barco Santrina con la ayuda de su red terrorista radicada en Estados Unidos, fue descrita en el periódico Por Esto de Yucatán, en una crónica ampliamente difundida por todo el continente. Todo el mundo sabía esto, excepto la administración Bush, que insistió durante dos meses en que no sabía nada de su paradero, hasta que Posada convocó a una conferencia de prensa en mayo para anunciar su disposición de continuar haciendo desde Miami su guerra total contra la Revolución Cubana.

No teniendo otra opción, la administración Bush detuvo a Posada y lo llevó a un centro de inmigración en El Paso, donde prepararon para él un área VIP, completamente separada de la población general, con comida especial y servicios de cualquier tipo, incluso con posibilidades de reunirse con amigos y periodistas. La única queja de Posada: el protocolo norteamericano no pudo proporcionarle pastelitos de guayaba cubanos.

De acuerdo con documentos oficiales presentados por el Gobierno de Estados Unidos a los tribunales de inmigración, Washington desplegó arduos esfuerzos diplomáticos tratando de convencer a otros países a que le dieran amparo y protección a Posada. Los diplomáticos norteamericanos se acercaron a gobiernos en América Central y América del Sur, e incluso en Europa, pidiéndoles que recibieran al tan famoso VIP. Sin excepción la respuesta siempre fue: No, gracias.

Irónicamente Washington tiene todavía que responder a la nota diplomática presentada por Venezuela el 15 de junio del 2005 para su detención y subsiguiente extradición a Caracas conforme al Tratado de Extradición existente entre ambos países.

La Administración Bush, y hasta ahora su sucesor, optaron por acusarlo de ser un mentiroso y entrar en un litigio deliberadamente confuso con el señor Posada acusado de no haber sido sincero con los funcionarios de inmigración acerca de cómo entró en el país. Como resultado, un tribunal administrativo envió a Posada a casa para que pueda cómodamente seguir reclamando su admisión formal a unas autoridades, que han mostrado una paciencia y comprensión sin paralelos.

¿Cuántos pobres latinoamericanos indocumentados han tenido esa oportunidad? ¿Cuántos de ellos, mientras tanto, han sido liberados y se les ha permitido irse sin ser molestados y hacer lo que les venga en ganas?

Ya Posada no se queja más. Es un hombre libre en Miami comiendo muchos pastelitos de guayaba.

(*) Persona muy importante.
Tomado de Miami5
La historia no contada de los Cinco (Continuación)

Ricardo Alarcón de Quesada

XIV: ¿Y tú de qué lado estás?
Los oficiales del FBI recibieron una gran cantidad de información detallada y concreta acerca de los grupos terroristas anticubanos, incluyendo sus localizaciones exactas, con direcciones y números telefónicos, fotografías y cintas grabadas en las que describían, en sus propias voces, siniestros planes y muchos otros datos. En ningún momento ellos protestaron o expresaron preocupación en relación con la capacidad de Cuba o los métodos utilizados para obtener evidencias tan precisas.

Solamente nos agradecieron y solicitaron algún tiempo, argumentando que habían obtenido más evidencia, mucha más de la que ellos podían haber esperado.

Cuando Gabriel García Márquez se reunió con colaboradores cercanos del presidente Clinton en la Casa Blanca el 6 de mayo de 1998, nadie preguntó cómo Cuba había descubierto esos terribles complots. Uno de los caballeros norteamericanos solamente dijo: "Tenemos enemigos comunes".
Fue exactamente lo mismo en cada ocasión que nos reunimos en La Habana, Washington o en cualquier otro lugar para discutir con los funcionarios norteamericanos la información que teníamos sobre atentados terroristas. Nunca se quejaron de ninguna forma, ni directa ni indirectamente, ni siquiera en susurro.

Los funcionarios norteamericanos nunca objetaron nuestros esfuerzos investigativos por algunas razones muy obvias. La historia de violencia y terror contra Cuba es bastante larga —ha durado hasta ahora medio siglo— y está muy bien documentada en una extensa bibliografía registrada en los archivos del Congreso de Estados Unidos y también está disponible en documentos oficiales desclasificados, o en los que aún no lo han sido, los cuales, debemos asumir, son bien conocidos por nuestras contrapartes norteamericanas.

Con tales antecedentes Cuba tiene el derecho (incluso la inexcusable obligación) de protegerse a sí misma y a su pueblo y de descubrir qué están tramando aquellos que tratan de causar daño material y sufrimiento humano. Este es el principio reconocido universalmente de la legítima defensa.

Los norteamericanos estaban muy conscientes de eso. Como seguramente recordaban, cuando conocimos de un intento de asesinato contra el presidente Reagan y rápidamente compartimos con ellos la información, a pesar de la antipatía del Gran Comunicador hacia Cuba. Washington no protestó entonces, sino que expresó agradecimiento.

Ellos también sabían que Cuba es solamente una pequeña isla en el Caribe, con una población de un poco más de 11 millones de personas. Cuba no tiene satélites captando información desde el espacio ultraterrestre, tampoco tiene ninguno de los dispositivos extremadamente sofisticados que son de uso común para los servicios de inteligencia de Estados Unidos y de otras grandes potencias.

Cuba tiene solo inteligencia humana. Algo que ahora es admitido como indispensable en Estados Unidos, algo que hubiera salvado muchas vidas norteamericanas si hubiera sido utilizado acertadamente por parte de Estados Unidos antes de los terribles hechos que estremecieron a ese país en el 2001.

Y la nuestra no es una inteligencia humana a sueldo. Nosotros nunca hemos gastado dinero, como otros que gastan muchos billones, para comprar información o para contratar caros agentes en todo el mundo. Nosotros dependemos del sacrificio generoso y heroico de jóvenes como Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René.

Mucho antes de los atroces ataques del 11 de septiembre, Gerardo Hernández Nordelo dijo estas simples verdades a una Corte norteamericana, que lamentablemente fue incapaz de escucharlas:
"Cuba tiene derecho a defenderse de los actos terroristas que se preparan en la Florida con total impunidad a pesar de haber sido una y otra vez denunciados por las autoridades cubanas. Es el mismo derecho que tienen los Estados Unidos de tratar de neutralizar los planes de la organización del terrorista Osama Bin Laden que tanto daño ha causado a este país y que amenaza con seguir haciéndolo. Estoy seguro de que los hijos e hijas de este país que cumplen esta misión son considerados patriotas y su objetivo no es amenazar la seguridad nacional de ninguno de los países donde esas personas se refugian".

Cuando Gerardo escribió esas palabras muchos de los individuos, que más tarde usaron aviones civiles como armas letales contra norteamericanos, estaban finalizando su entrenamiento ahí mismo en Miami. Pero el FBI local no hizo nada para frustrar su horrendo proyecto. No tenían tiempo para eso. Su tiempo estaba dedicado exclusivamente a proteger a sus terroristas persiguiendo y castigando a Gerardo y sus compañeros.

El FBI, al menos en Miami, no estaba combatiendo al terrorismo. Ni tampoco estaba evitando los ataques contra los norteamericanos ni contra Cuba. Estaba del otro lado de la cerca.
La historia no contada de los Cinco (Continuacón)

Ricardo Alarcón de Quesada
XIII: La historia se repite
Solo un par de días después del encuentro de García Márquez en la Casa Blanca, diplomáticos estadounidenses en La Habana se acercaron a las autoridades cubanas. Tuvimos una serie de discusiones centradas principalmente en lo que Estados Unidos había descubierto acerca de planes terroristas contra aeronaves civiles y en la advertencia que la Administración Federal de Aviación (FAA) se había sentido obligada a emitir. Durante esos intercambios Estados Unidos solicitó formalmente que una delegación de alto nivel del FBI viniera a La Habana con vistas a recibir de su contraparte información sobre la campaña terrorista que tenía lugar en esos momentos. Durante la preparación de esa visita el secretario de Estado asistente, John Hamilton, comunicó que "esta vez ellos querían enfatizar la seriedad de la oferta de Estados Unidos de investigar cualquier evidencia que [Cuba] pudiera tener".

Las reuniones tuvieron lugar en La Habana los días 16 y 17 de junio de 1998. A la delegación norteamericana se le entregó abundante información, tanto documental como testimonial. El material entregado incluía las investigaciones relacionadas con 31 actos terroristas, que habían tenido lugar entre 1990 y 1998, muchos promovidos por la Fundación Nacional Cubano-Americana, que también organizó y financió las acciones más peligrosas llevadas a cabo por la red de Luis Posada Carriles. La información incluía listas detalladas y fotografías de armamentos, explosivos y otros materiales confiscados en cada caso. Adicionalmente, 51 páginas con evidencias relacionadas con el dinero aportado por la FNCA a varios grupos para realizar actividades terroristas en la Isla. El FBI recibió también grabaciones de 14 conversaciones telefónicas en las cuales Luis Posada Carriles se refería a ataques violentos contra Cuba. Se entregó una detallada información de cómo localizar al notorio asesino, tales como direcciones de sus casas, lugares que frecuentaba, y los números de placa de sus autos en El Salvador, Honduras, Costa Rica, República Dominicana, Guatemala y Panamá.

El FBI se llevó los expedientes de 40 terroristas de origen cubano, la mayoría de los cuales vivía en Miami y los datos para encontrar a cada uno de ellos. La delegación norteamericana se llevó también tres muestras de dos gramos cada una de sustancias explosivas de bombas desactivadas antes de que pudieran explotar en el Hotel Meliá Cohiba el 30 de abril de 1997 y en un ómnibus de turistas el 19 de octubre de 1997, así como el artefacto explosivo confiscado a dos guatemaltecos el 4 de marzo de 1998.

Al FBI también se le entregaron cinco cassettes de video y ocho de audio y sus transcripciones con las declaraciones de los centroamericanos que habían sido arrestados por colocar las bombas en los hoteles. Ahí ellos hablaban de sus vínculos con bandas cubanas y en particular con Luis Posada Carriles.

La parte norteamericana reconoció el valor de la información y se comprometió a dar una respuesta lo más pronto posible.

Nunca tuvimos una respuesta. Nadie sabe con certeza lo que el FBI hizo con las evidencias y con la pormenorizada información que recibió en La Habana. Definitivamente no la utilizaron para arrestar a ninguno de los criminales ni para abrir ninguna investigación.

¿Ya no estaba el Departamento de Estado preocupado por la información que ellos mismos habían reunido acerca de ataques terroristas a aviones comerciales? ¿Qué pasó con su preocupación por las vidas y la seguridad de los pasajeros, incluyendo las de los pasajeros norteamericanos?

¿Es esa la forma de "tomar medidas inmediatas" en un problema "que merece la completa atención de su Gobierno, del cual ellos se ocuparían urgentemente" como solemnemente prometieron en la Casa Blanca? ¿O de "enfatizar la seriedad de la oferta de Estados Unidos"?

Puede asumirse que el FBI compartió la información que obtuvo con sus socios en Miami.

Si los hechos tienen algún significado ese fue sin duda el caso. El 12 de septiembre de 1998, casi tres meses después de la visita a La Habana conocimos a través de los medios de prensa de la detención de Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René, y de que el Sr. Pesquera, jefe del FBI en Miami, estaba, ese sábado en la mañana, visitando a Ileana Ros Lehtinen y Lincoln Díaz-Balart —los Congresistas batistianos de Miami— para informarles del encarcelamiento de los cinco cubanos.

La historia se repetía. En 1996 el Presidente Clinton dio instrucciones de poner fin a las provocaciones aéreas de Hermanos al Rescate, pero cuando sus órdenes llegaron a Miami la pandilla local conspiró para hacer exactamente lo contrario. En 1998 el mismo Presidente parecía estar dispuesto a poner fin a las acciones terroristas contra Cuba —y también contra los norteamericanos—, pero cuando sus intenciones se conocieron en Miami el FBI las voló en pedazos.

El Sr. Pesquera ha reconocido en una entrevista de prensa que su mayor dificultad fue lograr la autorización de Washington para arrestar a los Cinco. Sin dudas debió haber sido así. ¿No se supone que Washington esté del otro lado de la cerca en la lucha contra el terrorismo?

El Sr. Pesquera y sus compinches ganaron. Ellos probaron ser capaces de ignorar la ley y la decencia, y dejar en ridículo de nuevo al Comandante en Jefe de Estados Unidos. ¿Recuerdan a Elián?
Tomado de Miami5
Reflexiones del compañero Fidel
Noticias relevantes

En días recientes ocurrieron en nuestro país importantes acontecimientos.

El 28 de octubre, a las 7 y 30 de la mañana, se conmemoró el 50 Aniversario de la desaparición física de Camilo Cienfuegos. El triste suceso ocurrió un atardecer tempestuoso cuando viajaba en avioneta de Camagüey a la capital, por el norte de Cuba.

En Yaguajay había librado su último combate victorioso contra la tiranía a fines de diciembre de 1958. Allí se inauguró un mausoleo, donde yacen los restos de los caídos durante la guerra en el Frente Norte de Las Villas o después del 1º de Enero de 1959 y yacerán los de aquellos de su Columna Invasora o los que se unieron a ella en el centro del país y que aún viven. Alguien lo llamó el Héroe de Yaguajay y perduró ese título. Era todavía más: el Héroe de la Columna Invasora Antonio Maceo. El audaz comandante, en el avance de su columna ligera, iba destinado a Pinar del Río, y hasta sus montañas habría llegado si no se le indicara desde la Sierra Maestra detenerse, y luchar junto al Che y bajo sus órdenes, en el centro del país. No era necesario arriesgarlo en esa misión, que constituía una interpretación incorrecta de las circunstancias históricas. El 2 de enero inició con el Che la marcha histórica hacia la capital. ¡Cuánto se podría investigar y reflexionar sobre eso!

Por decisión del Partido y el Gobierno, desde este 50 Aniversario, su silueta de acero ilumina, junto a la del Guerrillero Heroico, el fondo de la Plaza de la Revolución, montando guardia ante la estatua de Nuestro Héroe Nacional José Martí.

También el 28 de octubre, a las 9 de la mañana, quiso el azar que se iniciara el debate sobre la resolución presentada por Cuba contra el bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos a nuestra Patria. Se escucharon palabras emotivas de los representantes de numerosos países del Tercer Mundo, que dejaron constancia de su aprecio por el país indoblegable y solidario que durante medio siglo se ha enfrentado al imperio despiadado y genocida que se erigió en la vecindad de nuestra isla. Gran número de países vieron en la resistencia de Cuba una lucha por su propio derecho a la soberanía.

La obra discreta y solidaria de nuestro pueblo desde los primeros años de la Revolución, y su heroica resistencia frente al cruel bloqueo de Estados Unidos, no era olvidada por la abrumadora mayoría de los 192 Estados soberanos del mundo.

Los argumentos irrebatibles de nuestro canciller, Bruno Rodríguez, resonaban como martillazos en aquella sala ubicada en el corazón de Nueva York y muy próxima a Wall Street.

Por primera vez, en muchos años de debates, todos los Estados que integran las Naciones Unidas participaron en la discusión del espinoso y comprometedor tema.

Hasta los aliados europeos de la OTAN y los miembros de la comunidad europea, desarrollados, consumistas y ricos, se sintieron en la necesidad de expresar su inconformidad con el bloqueo económico a Cuba. La réplica de nuestro Canciller al discurso justificativo y plañidero de la representación de Estados Unidos fue contundente.

Cuando el Presidente de la Asamblea procedió a la votación, de los 192 Estados, solo tres delegaciones votaron contra el proyecto de Cuba: Estados Unidos; su aliada en el holocausto palestino, Israel, y la isla de Palau. Un abogado norteamericano con ciudadanía israelí que representa a Palau, un territorio en el Océano Pacífico de 450 kilómetros cuadrados que estuvo bajo la administración yanki por casi 50 años, votó por Estados Unidos en la ONU. Dos Estados se abstuvieron y 187 condenaron el bloqueo.

Estos hechos, sin embargo, por puro azar, no fueron los dos únicos importantes para los cubanos ese día. En horas de la tarde finalizaba la visita a nuestra Patria de la doctora Margaret Chan, Directora General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), acompañada de Mirta Roses, Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Ambas representan los dos más importantes organismos internacionales que asumen la responsabilidad por esa vital tarea. El pasado martes 27 tuve el honor de compartir con ellas.

Dado el hecho de que el tema de la epidemia de gripe A H1N1 es de gran interés para todos los pueblos, especialmente los del Tercer Mundo –que son los que más han sufrido las consecuencias de la explotación y el saqueo–, les solicité un encuentro dentro de su apretado programa.

A pesar de la preocupación y los esfuerzos de nuestro Ministerio de Salud Pública, y sus programas de información a nuestros ciudadanos, pensé en la conveniencia de profundizar en el tema de la epidemia.

La salud pública fue una de las causas que hicieron necesaria una revolución en Cuba. No pretendo exponer los avances obtenidos, que nos ubican como el país con más médicos per cápita en el mundo –un ejemplo de lo que puede hacerse por otros pueblos–, a pesar de ser una nación bloqueada y agredida por el poderoso imperio durante medio siglo. Nuestra Patria no solo fue víctima del robo despiadado de cerebros, sino también objetivo de las agresiones biológicas del gobierno de Estados Unidos, que no se limitó al empleó de virus y bacterias contra plantas y animales, sino que los utilizó contra la propia población. El dengue afectó a más de 300 mil personas, y el serotipo número 2 lo introdujeron en Cuba y el hemisferio cuando aún no estaba presente como epidemia en ningún otro país.

Omitiendo otros muchos datos, en aras de la brevedad, baste recordar a los efectos de esta reflexión que el dengue se transmite a través del mosquito, pero la gripe A H1N1 se expande mucho más fácil y directamente a través de las vías respiratorias.

Nuestra población debe conocer que, al finalizar la Primera Guerra Mundial, una epidemia de gripe mató a decenas de millones de personas en una etapa en que la población del planeta apenas rebasaba los 1 500 millones de habitantes. Los recursos científicos y técnicos de la humanidad eran mucho menores que los de hoy.

Esta realidad no nos debe inducir a un exceso de confianza. Cuando surgen epidemias de esa índole se requiere de recursos que las prevén o combaten, como ocurrió con la fiebre amarilla, la poliomielitis, el tétanos y otras, como las vacunas que desde hace años protegen a los niños y a la población en general de numerosas enfermedades sumamente dañinas.

Hoy existen además otros tipos de vacunas, en especial las que protegen a la población contra los virus gripales y se aplican a los casos de mayor riesgo por causas pasajeras o permanentes.

Nuestros ciudadanos deben tener presente que las vacunas contra determinados virus son más difíciles debido a las mutaciones genéticas de los mismos, como los asociados a la gripe A H1N1 y otros.

Los países más desarrollados y ricos cuentan con laboratorios bastante sofisticados y costosos. La propia Cuba, a pesar del subdesarrollo y el bloqueo yanki, fue capaz de crear algunos laboratorios para la producción de vacunas y medicamentos.

En la esfera internacional se ha producido un temor lógico con la mencionada gripe, por su capacidad de diseminación y sus efectos en determinadas personas más vulnerables. Aparte de los aspectos relacionados con la cooperación internacional de nuestros médicos –que le han aportado a Cuba gran autoridad moral y prestigio–, deseaba analizar con la Directora General de la OMS el tema de la epidemia A H1N1. Ella me reiteró que la dificultad con las vacunas se debe a que los laboratorios capaces de producirlas en Europa, Estados Unidos y Canadá están obteniendo mucho menos volumen de vacunas que las necesarias; la demanda en los países desarrollados era grande y las primeras vacunas disponibles para los demás países no estarían listas hasta fines de año, y sus precios tienden a crecer considerablemente. Entre los países a priorizar ella ha incluido a Cuba por su cooperación internacional y su capacidad de aplicar inmediatamente las vacunas a personas priorizadas a través de su red hospitalaria.

La doctora Chan conoce que, dondequiera que se encuentren, los médicos cubanos cooperarán en la rápida aplicación de las vacunas.

Son noticias obviamente positivas para nuestro pueblo. Sin embargo, debemos tener presente determinadas circunstancias.

Las primeras vacunas tardarán en llegar varias semanas o tal vez dos o tres meses.

Para la OMS su inquietud mayor es que la capacidad mutante del virus de la epidemia sobrepase rápidamente el efecto de las vacunas y sea necesario iniciar de nuevo la búsqueda de otra vacuna eficaz. Ello, a mi juicio, determina la importancia de una red adecuada de servicios médicos como la que existe en nuestro país, y la orientación sistemática de una población que cuenta con altos niveles de educación para que coopere con las medidas pertinentes.

La falta de servicios médicos adecuados en muchos países, incluido Estados Unidos, donde casi 50 millones de personas no reciben atención médica, eleva considerablemente el número de posibles víctimas. En ese país se ha declarado la Emergencia Sanitaria. Hace dos días escuchaba la noticia de que la Gripe A H1N1 entre noviembre y marzo podría ocasionar 90 mil muertes en Estados Unidos, ya que los meses de frío favorecen el desarrollo de la epidemia. Ojalá tales cálculos resulten equivocados y el daño sea menor. Con una población que supera por lo menos 27 veces la población de Cuba, sería equivalente a más de 3 mil fallecidos en nuestro país, y a muchos millones de personas en el mundo, a pesar de los avances de la ciencia.

Los síntomas iniciales del A H1N1 surgieron en México desde el primer trimestre del presente año y casi, simultáneamente, en Estados Unidos y Canadá. De éstos se trasladó a España, uno de los primeros países de Europa adonde se extendió la epidemia.

Cuando el Presidente actual de Estados Unidos levantó las restricciones a los cubanoamericanos para los viajes a Cuba, en gran número de Estados de esa nación ya se había extendido la epidemia. De esta forma resultó que los cuatro países que más generan turismo o viajes a nuestro país por otras causas, eran aquellos en los que, en mayor grado, se había extendido la epidemia en el mundo.

Los primeros casos portadores del virus fueron viajeros procedentes del exterior. Las personas contagiadas en nuestro país eran relativamente pocas, durante meses no se produjo un solo fallecimiento. Pero a medida que el virus se extendió a todas las provincias, principalmente aquellas con un mayor número de familiares residentes en Estados Unidos, se hizo necesario adquirir nuevos equipos de análisis para el Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí”, y multiplicar el esfuerzo a la vez que se luchaba contra el dengue.

Se produjo así el extraño caso de que Estados Unidos, por un lado, autorizó los viajes del mayor número de personas portadores del virus y, por otro, prohíbe la adquisición de equipos y medicamentos para combatir la epidemia. No pienso, desde luego, que esa haya sido la intención del gobierno de Estados Unidos, pero es la realidad que resulta del absurdo y vergonzoso bloqueo impuesto a nuestro pueblo.

Con los equipos de otras procedencias estamos en condiciones de conocer, con absoluta precisión, el total de afectados por la epidemia y el número de personas cuyo fallecimiento se relacione con la presencia del virus que la origina.

Afortunadamente, además de los servicios y el personal médico bien capacitado de nuestro país, en el mercado internacional existe un medicamento antiviral eficaz, especialmente si se aplica a las personas con inconfundibles síntomas de posibles portadores del virus y a quienes directamente los atienden.

Disponemos de ese antiviral y, adicionalmente, de la materia prima necesaria para continuar produciendo una cifra similar a la disponible, y se realizará cuanto esfuerzo sea necesario para contar con las dosis indispensables.

Aunque en muchos países, por falta de redes de servicios y personal médico, se deje de ofrecer a los organismos internacionales la información pertinente sobre la epidemia, conocemos el firme propósito de nuestro gobierno de comunicar con toda precisión, a esos organismos, el número de casos y los fallecimientos asociados a la epidemia, como hemos hecho siempre con los datos de la salud pública de Cuba.

Nuestro país, por su parte, cuenta afortunadamente con una amplia red de servicios de salud; la posibilidad de atención inmediata de las personas afectadas es real, y dispone del número suficiente y la calidad de sus médicos, muchos de los cuales han cumplido honrosas e inolvidables misiones internacionalistas.

Fidel Castro Ruz
Octubre 30 de 2009
2 y 52 p.m.
DOCUMENTOS ADOPTADOS Y PONENCIAS
DE LA CONFERENCIA MARTÍ JUÁREZ
Y LINCOLN EN EL ALMA DE NUESTRA AMÉRICA,
Monterrey, N.L., México del 15 al 17 de octubre del año 2009
DECLARACIÓN POR LOS CINCO CUBANOS

Considerando que Ramón Labañino, Rene González, Fernando González, Antonio Guerrero y Gerardo Hernández, conocidos internacionalmente como los Cinco Cubanos, vinieron a los Estados Unidos para monitorear grupos terroristas Cubano-americanos con sede en Miami; y Considerando que los Cinco Cubanos fueron arrestados en Miami, Florida, en septiembre del 1998 y acusados de 26 cargos de violar las leyes federales de los Estados Unidos; y

Considerando que no utilizaron armas, ni afectaron la Seguridad Nacional, ni provocaron la pérdida de vidas humanas o materiales, sin embargo fueron condenados colectivamente a cuatro cadenas perpetuas mas 77 años en prisiones de los EEUU; y

Considerando que por cinco décadas, organizaciones ultraderechistas de origen cubano americano con base en Miami, han cometido atentados terroristas y crímenes atroces contra el pueblo cubano que resultaron en la muerte de mas de 3.400 cubanos y 2099 inválidos; y

Considerando que por igual, administraciones republicanas y demócratas han tolerado y financiado las actividades de esos grupos terroristas y nunca intentaron detener esas acciones violentas contra Cuba; y
Considerando que la misión de los Cinco no era obtener secretos militares de EEUU, sino infiltrar y monitorear las actividades de esos grupos criminales para advertir y evitar sus atentados contra Cuba; y

Considerando que el 27 de mayo del 2005, el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de Naciones Unidas declaró que la detención de los “Cinco Cubanos” era contraria al articulo 14 de la Convención Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos” y pidió que los EEUU adopte las medidas necesarias para remediar esta situación en conformidad con los principios establecidos por el Convenio Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos; y

Considerando que en junio del 2008, el Onceno Circuito de la Corte de Apelaciones de Atlanta ratificó las sentencias de culpabilidad de los Cinco Cubanos y solicitó resentenciar a tres de ellos: Ramón Labañino, Fernando González, Antonio Guerrero en la Corte de Miami y ante la misma jueza que los condenó; y

Considerando que el gobierno de los Estados Unidos continúa negándole visas a Adriana Pérez esposa de Gerardo Hernández y a Olga Salanueva, esposa de Rene González para visitarlos en prisiones de Estados Unidos donde se encuentran; y

Considerando que los Cinco siguen las mejores tradiciones de José Martí al defender la libertad y la soberanía de Cuba desde “las entrañas del monstruo”.

Los participantes a la Primera Conferencia Internacional Martí, Juárez, Lincoln reunidos en la ciudad de Monterrey, México proclaman la presente declaración:

1: Exigimos al presidente de los Estados Unidos Barack Obama, utilizar las facultades que le otorga la Constitución de los Estados Unidos y retirar los cargos falsos contra Ramón Labañino, Rene González, Fernando González, Antonio Guerrero y Gerardo Hernández.

2: Demandamos al Presidente Obama retirar todas las acusaciones contra los Cinco Cubanos y emitir inmediatamente un perdón presidencial para que puedan regresar a Cuba.

3: Hasta que sean liberados exigimos al gobierno de los Estados Unidos otorgar inmediatamente visas a Adriana Pérez y Olga Salanueva para poder visitar a sus esposos en prisiones de los Estados Unidos y además otorgarle visas múltiples al resto de los familiares de los Cinco para que puedan visitarlos regularmente, tal como indican las regulaciones de las respectivas prisiones donde se encuentran cumpliendo injusta condena.

Monterrey, 17 de Octubre, 2009
Reflexiones del compañero Fidel
EL ALBA Y COPENHAGUE

En los actos festivos de la Séptima Reunión Cumbre del ALBA, que tuvo lugar en la histórica región boliviana de Cochabamba, se pudo observar cuán rica es la cultura de los pueblos latinoamericanos y cuántas simpatías despiertan en los niños, jóvenes y adultos de todas las edades los cantos, bailes, trajes y rostros expresivos de los seres humanos de todas las etnias, colores y matices: indígenas, negros, blancos y mestizos. Allí se expresaban milenios de historia humana y la rica cultura, que explican la decisión con que los líderes de varios pueblos del Caribe, Centro y Suramérica convocaron esa Cumbre.

La reunión constituyó un gran éxito. Su sede fue Bolivia. En días recientes escribí sobre las excelentes perspectivas de ese país, heredero de la cultura aymara-quechua. Un pequeño grupo de pueblos del área están empeñados en demostrar que un mundo mejor es posible. El ALBA ―creado por la República Bolivariana de Venezuela y Cuba, inspiradas en las ideas de Bolívar y Martí, como un ejemplo sin precedentes de solidaridad revolucionaria― ha demostrado cuánto puede hacerse en apenas cinco años de cooperación pacífica. Esta comenzó poco después del triunfo político y democrático de Hugo Chávez. El imperialismo lo subestimó; de forma burda intentó derrocarlo y eliminarlo. Por haber sido Venezuela el mayor productor petrolero del mundo durante largo trecho en el siglo XX y una propiedad virtual de las multinacionales yankis, el camino emprendido era particularmente difícil.

El poderoso adversario contaba con el neoliberalismo y el ALCA, dos instrumentos de dominación con los cuales aplastó siempre toda resistencia en el hemisferio después de la Revolución en Cuba.

Indigna pensar la forma burda y despectiva con que el gobierno de Estados Unidos impuso el gobierno del millonario Pedro Carmona e intentó eliminar al presidente electo Hugo Chávez cuando la URSS había desaparecido y la República Popular China estaba a pocos años de constituir la potencia económica y comercial que es hoy, gracias al crecimiento de más del 10% durante dos décadas. El pueblo de Venezuela, como el de Cuba, resistió la brutal embestida. Los sandinistas se recuperaron, y la lucha por la soberanía, la independencia y el socialismo cobró fuerzas en Bolivia y Ecuador. Honduras, que se había incorporado al ALBA, fue víctima de un brutal golpe de Estado, inspirado por el embajador yanki e impulsado desde la base militar de Estados Unidos en Palmerola.

Hoy somos cuatro los países latinoamericanos que hemos eliminado radicalmente el analfabetismo: Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua; el quinto, Ecuador, avanza aceleradamente hacia ese objetivo. Los planes de salud integral marchan en los cinco países a un ritmo como nunca tuvo lugar en pueblos del Tercer Mundo. Los programas de desarrollo económico con justicia social se han convertido en proyectos de los cinco Estados, que cuentan ya con reconocido prestigio en el mundo por su valiente posición frente al poder económico, militar y mediático del imperio. Al ALBA se suman tres países caribeños de origen negro y habla inglesa, que luchan decididamente por su desarrollo.

De por sí, esto constituye un gran mérito político, si en el mundo de hoy tal hecho fuese el único gran problema de la historia del hombre.

El sistema económico y político que en una breve etapa histórica ha conducido a la existencia de más de mil millones de hambrientos, y de otros muchos cientos de millones cuyas vidas apenas rebasan la mitad del promedio del que disfrutan los de los países privilegiados y ricos, era hasta este momento el principal problema de la humanidad.

En la Cumbre del ALBA se planteó con gran fuerza un nuevo problema de extrema gravedad: el cambio climático. En ningún otro momento de la historia humana se presentó un peligro de tal magnitud.

Mientras Hugo Chávez, Evo Morales y Daniel Ortega se despedían de la población en las calles de Cochabamba ayer domingo, ese día, de acuerdo con informaciones divulgadas por BBC Mundo, Gordon Brown presidía en Londres una reunión del Foro de las Grandes Economías del mundo, integrado en su mayoría por los países capitalistas de mayor desarrollo, máximos responsables de las emisiones de dióxido de carbono, gas que origina el efecto invernadero.

La importancia de las palabras de Brown es que no las pronuncia un representante del ALBA o uno de los 150 países emergentes o subdesarrollados del planeta, sino de Gran Bretaña, donde se inició el desarrollo industrial y uno de los que más dióxido de carbono ha inyectado a la atmósfera. El Primer Ministro británico advirtió que si no se alcanza en la Cumbre de Naciones Unidas en Copenhague un acuerdo, las consecuencias serán “desastrosas”.

Inundaciones, sequías y olas de calor letales son algunas de las consecuencias “catastróficas”, afirmó por su parte el grupo ecológico Fondo Mundial para la Naturaleza, refiriéndose a lo señalado por Brown. “El cambio climático quedará fuera de control en los próximos 5 a 10 años si no se recortan drásticamente las emisiones de CO2. No habrá un plan B si fracasa Copenhague.”
La misma fuente noticiosa afirma que: “El especialista de la BBC, James Landale, explicó que no todo está saliendo como se esperaba.”

Newsweek publicó que: “Parece cada día más improbable que los Estados se comprometan a algo en Copenhague.”

El Presidente de la reunión, Gordon Brown, declaró ―según informó el importante órgano norteamericano de prensa― que “si no se alcanza un acuerdo, sin dudas el daño de las emisiones descontroladas no podrá ser reparado con un acuerdo futuro”. A continuación enumeró conflictos como “emigración descontrolada y 1 800 millones de personas con escasez de agua”.

En realidad, como informó la delegación cubana en Bangkok, Estados Unidos estaba al frente de los países industrializados que más se opusieron a la reducción necesaria de las emisiones.

Una nueva Cumbre del ALBA ha sido convocada en la reunión de Cochabamba. De ese modo, el cronograma será: 6 de diciembre, elecciones en Bolivia; 13 de diciembre, reunión del ALBA en La Habana; 16 de diciembre, participación en la Cumbre de Naciones Unidas en Copenhague. Allí estará el pequeño grupo de países del ALBA. Ya no es cuestión de “Patria o Muerte”; realmente y sin exageración, es una cuestión de “Vida o Muerte” para la especie humana.

El sistema capitalista no solo nos oprime y saquea. Los países industrializados más ricos desean imponer al resto del mundo el peso principal de la lucha contra el cambio climático. ¿A quién van a engañar con eso? En Copenhague, el ALBA y los países del Tercer Mundo estarán luchando por la supervivencia de la especie.

Fidel Castro Ruz
Octubre 19 de 2009
6 y 05 p.m.



Reflexiones del compañero Fidel
UN PREMIO NOBEL PARA EVO

Si a Obama se le otorgó el Premio por ganar las elecciones en una sociedad racista, a pesar de ser afroamericano, Evo lo merece por ganarlas en su país, a pesar de ser indígena, y cumplir además lo prometido.

Por primera vez en ambos países uno u otro de su etnia alcanza la Presidencia.

En más de una ocasión advertí que Obama era un hombre inteligente, educado en un sistema social y político en el cual cree. Aspira a extender los servicios de salud a casi 50 millones de norteamericanos, a sacar la economía de la profunda crisis que padece y a mejorar la imagen de Estados Unidos, deteriorada por las guerras genocidas y las torturas. No concibe, ni desea ni puede cambiar el sistema político y económico de su país.

El Premio Nobel de la Paz ha sido concedido a tres Presidentes de Estados Unidos, a un ex presidente y a un candidato a Presidente.

El primero fue Theodore Roosevelt, electo en 1901, el de los Rough Riders (jinetes duros), que desembarcó en Cuba sus jinetes, pero sin caballos, a raíz de la intervención de Estados Unidos en 1898 para impedir la independencia de nuestra Patria.

El segundo fue Thomas Woodrow Wilson, que introdujo a Estados Unidos en la primera guerra por el reparto del mundo. En el Tratado de Versalles impuso tan severas condiciones a la vencida Alemania, que sentó las bases para el nacimiento del fascismo y el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

El tercero ha sido Barack Obama.
Carter fue el ex presidente a quien varios años después de cumplir su mandato le asignaron el Premio Nobel. Sin dudas, uno de los pocos Presidentes de ese país incapaz de ordenar el asesinato de un adversario, como hicieron otros; devolvió el Canal a Panamá, creó la Oficina de Intereses en La Habana, evitó caer en grandes déficit presupuestarios y despilfarrar el dinero en beneficio del complejo militar industrial, como hizo Reagan.

El candidato fue Al Gore cuando era ya vicepresidente, el político norteamericano que más conocía sobre las terribles consecuencias del cambio climático. Fue víctima del fraude electoral cuando era candidato a Presidente y despojado de la victoria, por W. Bush.

Las opiniones sobre el otorgamiento de este Premio han estado muy divididas. Muchos parten de conceptos éticos o reflejan contradicciones evidentes en la sorpresiva decisión.

Habrían preferido ese Premio como fruto de una tarea realizada. No siempre el Premio Nobel de la Paz se entregó a personas merecedoras de esa distinción. A veces lo han recibido personas resentidas, autosuficientes, o peor aún. Lech Walesa, al conocer la noticia exclamó con desprecio: “¿Quién, Obama? Es demasiado rápido. No ha tenido tiempo para hacer nada ahora”.

En nuestra prensa y en CubaDebate, compañeros honestos y revolucionarios fueron críticos. Uno de ellos señaló: “En la misma semana en que se ha concedido a Obama el Premio Nobel de la Paz, el Senado de Estados Unidos aprobó el presupuesto militar más grande de la historia: 626 mil millones de dólares.” En el Noticiero de Televisión, otro periodista comentó: “¿Qué ha hecho Obama para alcanzar tal distinción?” Otros preguntaron: “¿Y la guerra de Afganistán y el incremento de los bombardeos?” Son puntos de vista basados en realidades.

Desde Roma, el cineasta Michael Moore pronunció una frase lapidaria: “Felicitaciones, presidente Obama por el Premio Nobel de la Paz; ahora por favor, gáneselo”.

Estoy seguro de que Obama estará de acuerdo con la frase de Moore. Posee suficiente inteligencia para comprender las circunstancias que rodean el caso. Sabe que ese Premio no lo ha ganado todavía. Ese día por la mañana declaró: “No tengo la impresión de que merezca estar en la compañía de tantas personalidades transformadoras que han sido homenajeadas con este Premio.”

Se afirma que son cinco los miembros del famoso comité que asigna el Premio Nobel de la Paz, miembros todos del Parlamento sueco. Un vocero afirmó que fue por unanimidad. Cabe una pregunta, ¿consultaron o no al galardonado? ¿Puede tomarse una decisión de esa índole sin advertir antes a la persona premiada? Este no puede ser juzgado moralmente de igual forma si conocía o no previamente la asignación del Premio. Lo mismo cabe afirmar de los que decidieron asignárselo.

Tal vez sea necesario crear el Premio Nobel de la Transparencia.
Bolivia cuenta con importantes yacimientos de gas y petróleo y posee además las mayores reservas conocidas de litio, mineral de gran necesidad en nuestra época para el almacenamiento y uso de la energía.

Evo Morales, campesino indígena muy pobre, transitó por los parajes de Los Andes, junto a su padre, antes de cumplir seis años, pastoreando llamas de un grupo indígena. Las conducían caminando durante 15 días hasta el mercado donde las vendían para adquirir los alimentos de la comunidad. Respondiendo a una pregunta mía sobre aquella singular experiencia, Evo me contó que entonces “se hospedaba en el hotel mil estrellas”, una bella forma de referirse al cielo despejado de la cordillera donde en ocasiones se ubican los telescopios.

En aquellos duros años de su infancia, la alternativa de los campesinos en la comunidad donde nació, era el corte de caña de azúcar en la provincia argentina de Jujuy, en la que a veces se refugiaba una parte de la comunidad aymara durante la zafra.

No muy lejos de La Higuera, donde el Che herido y desarmado fue asesinado el 9 de octubre de 1967, Evo, que había nacido el 26 de ese mismo mes en 1959, no había cumplido todavía 8 años. Aprendió a leer y a escribir en español, caminando hasta una escuelita pública a cinco kilómetros de la choza donde en una rústica habitación vivían sus hermanos y sus padres.

Durante su azarosa infancia, dondequiera que había un maestro, allí estaba Evo. De su raza adquirió tres principios éticos: no mentir, no robar, no ser débil.

A los 13 años su padre lo autorizó a mudarse para San Pedro de Oruro a estudiar el bachillerato. Uno de sus biógrafos cuenta que era mejor en Geografía, Historia y Filosofía que en Física y Matemáticas. Lo más importante es que Evo, para costear sus estudios, se levantaba a las dos de la madrugada a trabajar como panadero, constructor u otra actividad física. Asistía a clases por la tarde. Sus compañeros lo admiraban y ayudaban. Desde la primaria aprendió a tocar instrumentos de viento y fue trompetista de una prestigiosa banda de Oruro.

Siendo adolescente todavía, había organizado el equipo de fútbol de su comunidad, del que fue su capitán.

El acceso a la universidad no estaba a su alcance de indio aymara y pobre.
Después de su último año de bachillerato, cumplió el servicio militar y regresó a su comunidad, ubicada en la altura de la cordillera. La pobreza y los desastres naturales obligaron a su familia a emigrar hacia la zona subtropical de El Chapare, donde aquella logró obtener un pequeño lote de tierra. El padre muere en 1983 cuando él tenía 23 años. Trabajó duramente la tierra, pero era un luchador nato, organizó a todos los trabajadores, creó sindicatos y llenó con ellos vacíos que el Estado no atendía.

Las condiciones para una revolución social en Bolivia se habían ido creando en los últimos 50 años. El 9 de abril de 1952, antes del inicio de nuestra lucha armada, estalló la revolución en ese país con el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Víctor Paz Estenssoro. Los mineros revolucionarios derrotaron a las fuerzas represivas y el MNR tomó el poder.

Los objetivos revolucionarios en Bolivia estaban lejos de cumplirse. En 1956, según personas bien informadas, el proceso comenzó a decaer. El 1º de Enero de 1959 triunfa la Revolución en Cuba. Tres años después, en enero de 1962, nuestra Patria fue expulsada de la OEA. Bolivia se abstuvo. Más tarde todos los gobiernos, con excepción de México, rompieron relaciones con Cuba.

Las divisiones del movimiento revolucionario internacional se hicieron sentir en Bolivia. Hacían falta todavía más de 40 años de bloqueo a Cuba, el neoliberalismo y sus desastrosas consecuencias, la Revolución Bolivariana en Venezuela y el ALBA; hacían falta, sobre todo, Evo y el MAS en Bolivia.

Sería largo sintetizar en unas hojas su rica historia.
Solo diré que Evo fue capaz de vencer las terribles y calumniosas campañas del imperialismo, sus golpes de Estado e injerencia en los asuntos internos, defender la soberanía de Bolivia y el derecho de su pueblo milenario al respeto de sus costumbres. “Coca no es cocaína”, le espetó al más grande productor de marihuana y el mayor consumidor de drogas en el mundo, cuyo mercado ha sostenido al crimen organizado que cuesta miles de vidas al año en México. Dos de los países donde están las tropas yanquis y sus bases militares son los más grandes productores de drogas del planeta.

En la trampa mortal del comercio de drogas no caen Bolivia, Venezuela y Ecuador, países revolucionarios que, igual que Cuba, son miembros del ALBA, saben lo que pueden y deben hacer para llevar la salud, la educación y el bienestar a sus pueblos. No necesitan tropas extranjeras para combatir el narcotráfico.

Bolivia lleva adelante un programa de sueño bajo la dirección de un Presidente aymara que cuenta con el apoyo de su pueblo.

En menos de tres años erradicó el analfabetismo: 824 mil 101 bolivianos aprendieron a leer y escribir; 24 mil 699 lo hicieron además en aymara y 13 mil 599 en quechua; es el tercer país libre de analfabetismo, después de Cuba y Venezuela.

Presta atención médica gratuita a millones de personas que nunca la habían recibido; es uno de los siete países del mundo que en los últimos cinco años ha reducido más la mortalidad infantil, con posibilidad de cumplir las Metas del Milenio antes de 2015, y en una proporción similar las muertes maternas; ha operado de la vista 454 mil 161 personas, de ellas 75 mil 974 brasileños, argentinos, peruanos y paraguayos.

Un ambicioso programa social ha sido establecido en Bolivia: todos los niños de las escuelas públicas del primero a octavo grado, reciben una donación anual para sufragar el material escolar que beneficia a casi dos millones de alumnos.

Más de 700 mil personas mayores de 60 años reciben un bono equivalente a unos 342 dólares anuales.

Todas las mujeres embarazadas y niños menores de dos años reciben una ayuda de aproximadamente 257 dólares.

Bolivia, uno de los tres países más pobres del hemisferio, ha puesto bajo control del Estado los principales recursos energéticos y minerales del país, respetando y compensando cada uno de los intereses afectados. Marcha con cuidado porque no desea retroceder un paso. Sus reservas en divisas han ido creciendo. Evo dispone de no menos de tres veces más que las que disponía al inicio de su gobierno. Es de los países que mejor uso hace de la colaboración externa y defiende con firmeza el medio ambiente.

En brevísimo tiempo ha logrado establecer el Padrón Electoral Biométrico y se han registrado aproximadamente 4,7 millones de electores, casi un millón más que el último padrón electoral, que en enero del 2009 alcanzaba 3,8 millones.

El 6 de diciembre habrá elecciones. Con seguridad el apoyo del pueblo a su Presidente se incrementará. Nada ha podido detener su creciente prestigio y popularidad.

¿Por qué no se le otorga el Premio Nobel de la Paz?

Comprendo su gran desventaja: no se trata de un Presidente de Estados Unidos.
Fidel Castro Ruz
Octubre 15 de 2009
4 y 25 p.m.