lunes, 11 de marzo de 2013

Declaración del Gobierno de Cuba HASTA SIEMPRE, COMANDANTE


Con hondo y lacerante dolor, nuestro pueblo y el Gobierno Revolucionario han conocido del deceso del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías y se aprestan a rendirle sentido y patriótico homenaje en su entrada en la Historia como Prócer de Nuestra América.

Expresamos sinceras condolencias a sus padres, hermanos, hijas e hijo y a todos sus familiares que ya son nuestros, como Chávez es también hijo de Cuba y de la América Latina y el Caribe, y del mundo.

En este momento de profunda tristeza, compartimos los más entrañables sentimientos de solidaridad con el hermano pueblo venezolano al que acompañaremos en todas las circunstancias.

La Revolución Bolivariana tendrá nuestro resuelto e irrestricto apoyo en estas difíciles jornadas.

A nuestros compañeros de la Dirección Político-Militar bolivariana y del Gobierno venezolano reiteramos nuestro respaldo, aliento y fe en la victoria.

El Presidente Chávez ha protagonizado una extraordinaria batalla a lo largo de su joven y fecunda vida. Lo recordaremos siempre como militar patriota al servicio de Venezuela y de la Patria Grande; como honesto, lúcido, osado y valiente luchador revolucionario; como líder y comandante supremo que reencarnó a Bolívar para hacer lo que él no pudo terminar; fundador de la Alianza Bolivariana Para los Pueblos de Nuestra América y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.

Su heroica y denodada lucha contra la muerte es un insuperable ejemplo de firmeza. La admirable entrega de sus médicos y enfermeras ha sido una proeza de humanismo y consagración.

El regreso del Presidente a la Patria venezolana, que tanto quiso, cambió la historia. “Tenemos Patria”, exclamó Chávez con emoción el pasado 8 de diciembre, y regresó a ella para afrontar los mayores riesgos que imponía la enfermedad. Nada ni nadie podrá arrebatar al pueblo venezolano la Patria rescatada.

Toda la obra de Chávez aparece invicta ante nosotros. Las conquistas del pueblo revolucionario que lo salvó del golpe de abril del 2002 y lo ha seguido sin vacilación, son ya irreversibles.

El pueblo cubano lo siente como uno de sus más destacados hijos y lo ha admirado, seguido y querido como propio. ¡Chávez es también cubano! Sintió en su carne nuestras dificultades y problemas e hizo cuanto pudo, con extraordinaria generosidad, especialmente en los años más duros del Período Especial. Acompañó a Fidel como un hijo verdadero y su amistad con Raúl fue entrañable.

Brilló en las batallas internacionales frente al imperialismo, siempre en defensa de los pobres, de los trabajadores, de nuestros pueblos. Enardecido, persuasivo, elocuente, ingenioso y emocionante, habló desde las entrañas de los pueblos, cantó nuestras alegrías, y declamó nuestros versos apasionados con perenne optimismo.

Las decenas de miles de cubanos que laboran en Venezuela le rendirán homenaje con el ferviente cumplimiento del deber internacionalista y seguirán acompañando con honor y altruismo la epopeya del pueblo bolivariano.

Cuba guardará eterna lealtad a la memoria y al legado del Comandante Presidente Chávez y persistirá en sus ideales de unidad de las fuerzas revolucionarias y de integración e independencia de Nuestra América.

Su ejemplo nos conducirá en las próximas batallas.

¡Hasta la victoria siempre!

DECLARACIÓN DEL MINREX


Departamento de Estado deniega reiteradamente los accesos consulares a René González, uno de Los Cinco

El Héroe de la República de Cuba, René González Sehwerert, ha sido objeto de una nueva arbitrariedad por parte del Gobierno de los Estados Unidos, que endurece las condiciones de su libertad supervisada y hace que estas se asemejan cada vez más a las de una prisión, con el propósito de seguirlo castigando después de tantos años de trato injusto y cruel.

Desde septiembre de 2012, el Departamento de Estado ha denegado todas las solicitudes de la Sección de Intereses de Cuba en Washington para que los funcionarios diplomáticos cubanos realicen visitas consulares a René, las cuales había autorizado permanentemente durante los 13 años en que estuvo encarcelado y en los primeros meses de su libertad supervisada, a su salida de prisión. Hasta ahora, nuestra Misión Diplomática en los Estados Unidos ha presentado al Departamento de Estado, infructuosamente, varias alternativas para continuar las visitas consulares regulares a René, las cuales han sido rechazadas.

Este hecho constituye una violación flagrante de las obligaciones del Gobierno de los Estados Unidos bajo la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963, que ampara el derecho de René González a comunicarse libremente con los funcionarios de la Sección de Intereses de Cuba en Washington y de estos a hacer lo mismo y a visitarlo.

Esta decisión deliberada y cruel representa también un castigo adicional, que se suma a las ya estrictas condiciones de la libertad supervisada de René, a quien se le obliga a permanecer por otros tres años en los Estados Unidos, separado de su familia, tras haber cumplido hasta el último día su larga e injusta sanción.

Cuba denuncia enérgicamente esta decisión arbitraria de las autoridades de los Estados Unidos, que viola los derechos de René, a la vez que responsabiliza al gobierno norteamericano por la seguridad e integridad física del luchador antiterrorista.

Cuba no cesará de denunciar ante el mundo estos abusos y no cejará en sus esfuerzos para lograr el regreso a la Patria de René y de Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar, Antonio Guerrero Rodríguez y Fernando González Llort, encarcelados injustamente en los Estados Unidos por casi 15 años.

La Habana, 27 de febrero de 2013.

Palabras de Fidel Castro



Queridos compañeros:

Agradezco profundamente el noble gesto del pueblo al elegirme como diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba.

No será mucho el tiempo que ocupe en la intervención de hoy, ni tampoco el espacio de este honroso escaño como diputado, y no por falta de voluntad, sino por imperativo de la naturaleza.

Jamás pensé que mi existencia se prolongara tanto, y que el enemigo fuera suficientemente torpe en su odioso oficio de eliminar adversarios decididos a luchar.

En esa desigual lucha, nuestro pueblo demostró su asombrosa capacidad de resistir y de vencer. ¡Sí, porque cada año de resistencia entre 1959 y 2013 fue una victoria que nuestro pequeño país tiene derecho a proclamar!

No luchamos por gloria ni honores; luchamos por ideas que consideramos justas, a las que, como herederos de una larga lista de ejemplos, millones de cubanos han consagrado su juventud y su vida. Una cifra lo expresa todo: a ochocientas mil personas se eleva el número de los cubanos que han cumplido abnegadas misiones internacionalistas. Si al triunfo de la Revolución en el año 1959 no llegábamos a 7 millones de habitantes, se puede medir el significado de tales esfuerzos.

Esto sin embargo no lo expresa todo. En octubre de 1962, la nación estuvo a punto de convertirse en campo de batalla nuclear. Un año y medio antes, en abril de 1961, una expedición mercenaria entrenada, armada y escoltada por la Marina de Estados Unidos, desembarcó en Bahía de Cochinos y estuvo a punto de provocar una sangrienta guerra que habría costado a los invasores norteamericanos cientos de miles de vidas —lo afirmo sin exageración— y a nuestro país, destrucción y pérdidas humanas realmente incalculables.

Poseíamos entonces alrededor de cuatrocientas mil armas y sabíamos como usarlas. En menos de 72 horas el fulminante contraataque revolucionario evitó aquella tragedia, tanto a Cuba, como al pueblo de Estados Unidos.

Fuimos víctimas de la “guerra sucia” durante mucho tiempo, y 25 años después de la Crisis de Octubre, tropas internacionalistas defendían Angola de los invasores racistas sudafricanos, provistos ya en esa época de varias armas nucleares con tecnología y partes esenciales suministradas por Israel con la aprobación de Estados Unidos. En aquella ocasión la victoria de Cuito Cuanavale, y el posterior avance resuelto y audaz de las fuerzas cubanas y angolanas, equipadas con los medios aéreos, antiaéreos y la organización adecuada para liberar territorios todavía ocupados por los invasores, disuadieron a Sudáfrica, de que no le quedaba otra alternativa que abandonar sus ambiciones nucleares y sentarse en la mesa de negociaciones: El odioso sistema racista dejó de existir.

Entre todos hemos llevado a cabo la modesta proeza de una Revolución profunda que, partiendo de cero, nuestro pueblo fue capaz de realizar. A los primeros núcleos revolucionarios se fueron sumando otros. Nos unía el deseo de luchar y el dolor por la tragedia del país ante el golpe brutal. Mientras unos tenían esperanzas en un futuro al que veían todavía muy lejano, otros meditábamos ya en la necesidad de dar un salto en la historia.

Entre el golpe de Estado del 10 de Marzo de 1952 y el 1º de Enero de 1959 transcurrieron solo 6 años y 296 días; por primera vez, en nuestra Patria, el poder había quedado totalmente en manos del pueblo.

La batalla comenzó entonces contra la ignorancia política y los principios antisocialistas que el imperio y la burguesía habían sembrado en nuestro país. La lucha de clases desatada a pocas millas de la sede del imperio fue la escuela política más eficiente que ha tenido nunca un país; hablo de una escuela que abrió sus puertas hace más de 50 años. Hombres y mujeres, desde los pioneros hasta las personas que posean muchos más años, hemos sido alumnos de esa escuela.

Sin embargo la gran batalla que, de acuerdo a lo que me contaba Raúl hace unos días, se impone, es la necesidad de una lucha enérgica y sin tregua contra los malos hábitos y los errores que en las más diversas esferas cometen diariamente muchos ciudadanos, incluso militantes.
La humanidad ha entrado en una etapa única de su historia. Los últimos decenios no guardan relación alguna con los miles de siglos que la precedieron.

En el año 2011 la población mundial arribó a 7 mil millones de habitantes, lo que constituye una cifra alarmante. En solo dos siglos la población del mundo se multiplicó por siete, alcanzando un ritmo de necesidades alimentarias vitales que la ciencia, la tecnología y los recursos naturales del planeta están muy lejos de lograr.

Pueden hacerse decenas de cálculos, hablar de Malthus o del Arca de Noé, basta saber lo que es un gramo y lo que produce una hectárea de cualquier alimento y sacar sus conclusiones.

Tal vez el Primer Ministro inglés o el presidente Obama sepan la respuesta que prolongue unos días más la vida humana, la multiplicación de los panes y los peces, y las palabras mágicas para persuadir a los africanos, los habitantes de la India, América latina y todos los países del Tercer Mundo, que no tengan hijos.

Hace dos días una agencia internacional recordaba que un multimillonario estadounidense, Dennis Tito, había gastado 20 millones de dólares para pagar su viaje a la Estación Espacial Internacional, donde permaneció varios días en el año 2001.

Ahora Tito, que parece ser de verdad un fanático de la exploración espacial, estaba discutiendo los detalles para incursionar al planeta Marte. El viaje durará 501 días. ¡Eso sí es disfrutar la plusvalía! Mientras los polos se derriten velozmente, el nivel de los mares sube por el cambio climático, inundando grandes áreas en unas pocas decenas de años, todo lo cual supone que no habrá guerras y las sofisticadas armas que se están produciendo a ritmo acelerado no se usarán nunca. ¿Quién los entiende?

Concluyo para cumplir mi promesa de ser breve en estas palabras de saludo a nuestra Asamblea Nacional.

En el 118 Aniversario del Grito de Baire y el 160 del nacimiento de nuestro Héroe Nacional, me complace rendir tributo al revolucionario, antiimperialista y bolivariano que sembró en nuestros jóvenes las primeras semillas del deber.

¡Muchas gracias!

Intervención del líder histórico de la Revolución Cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, durante la Sesión de Constitución de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.