sábado, 12 de enero de 2013

Artistas e intelectuales cubanos por la libertad de Los Cinco

El presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón, aseguró este lunes que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no es el responsable del injusto arresto de los cinco antiterroristas cubanos presos en ese país, pero recordó que es la persona que ahora mismo puede liberarlos.

El dirigente cubano hizo esa reflexión durante un encuentro convocado en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), a propósito del Día de los Derechos Humanos.

La cita, en la que participaron la mayoría de los creadores que han recibido algún premio nacional de cualquier manifestación, sirvió para expresar la solidaridad de los artistas cubanos con Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González, Antonio Guerrero y René González, presos desde hace más de 15 años en Estados Unidos.

Estaban presentes el presidente de la UNEAC Miguel Barnet, el ministro de cultura Rafael Bernal, el miembro del Consejo de Estado y presidente de la Casa de las Américas Roberto Fernández Retamar, otros funcionarios y familiares de los cinco.

La demanda fue unánime: el gobierno de los Estados Unidos debe liberar de inmediato y sin condiciones a los luchadores cubanos. La razón es clara: son inocentes.



Obama puede y debe

En su intervención, Alarcón destacó que del encuentro debería salir un mensaje diáfano: solicitarle con todo respeto al presidente de los Estados Unidos que ponga en libertad a los cinco cubanos.

El presidente del parlamento explicó que la demanda no es exagerada, pues tiene en cuenta las prerrogativas de Obama. “Puede liberarlos ahora mismo sin grandes consecuencias políticas, sin tener que darle explicaciones a nadie”.

Pero hay una verdad de mayor fuerza: no existe razón alguna para que, 15 años después de su condena, sigan presos personas que no debieron haber sido arrestadas.

Alarcón esgrimió un documento de la fiscalía durante el proceso, en el que se reconocía que el gobierno de los Estados Unidos no podía probar que en el caso de Gerardo hubiera una conspiración para asesinar, como dice en el cargo 3.

El propio director nacional de inteligencia de los Estados Unidos afirmó, en el juicio, que la actuación de los cinco no había puesto en riesgo la seguridad del país, y que no había elementos para acusarlos de espionaje.

El caso carecía de precedentes, pero así y todo no saltó a la gran prensa norteamericana. El tribunal superior recibió una solicitud de que modificara la acusación, pero no fue atendida. Y el jurado, conociendo que la acusación no era sólida, determinó condenarlos en vez de declararlos inocentes.

Alarcón recordó que, en 2005, tres jueces de la corte de apelaciones declararon nulo el juicio, por sus irregularidades. Pero por presiones del gobierno anularon esa determinación. Tres años después, el mismo tribunal decidió anular las sentencias, pues no se pudo probar el cargo 2, referido a la conspiración para espionar.

No obstante, los cubanos habían recibido las máximas condenas previstas para casos de espionaje. Gracias a esa decisión, la mayoría de los acusados pudo salir de cárceles de máxima seguridad, excepto Gerardo, que está respondiendo a una acusación por conspiración para asesinar.

Se le vincula con el derribo de la avioneta de la organización terrorista Hermanos al rescate en 1996, a pesar de que el propio gobierno estadounidense ha admitido que no puede probar que Gerardo tuviera que ver con el incidente.

El mismo caso del derribo de la avioneta sigue en la palestra: la Organización Internacional de la Aviación Civil hizo una investigación en Cuba y en los Estados Unidos. Aquí tuvieron acceso a toda la información, pero el gobierno norteamericano se ha negado a entregar las imágenes de sus radares.

Si el incidente, como dice Cuba, ocurrió en aguas territoriales cubanas, el tribunal de Miami no tiene jurisdicción sobre el caso, por lo que tendría que retirar la acusación.

En estos momentos el proceso está en la fase de la apelación extraordinaria, en la que el acusado solicita al tribunal que lo juzgó que anule la condena, ante la presencia de nuevos elementos.



Propuestas concretas

Algunos de los artistas participantes en la reunión hicieron propuestas concretas para contribuir a la lucha por la liberación de los cinco antiterroristas.

En una alocución grabada, la prima ballerina assoluta Alicia Alonso pidió llamar la atención de la gente sencilla de los Estados Unidos, para que crezca la presión para que se permita la presencia de los cinco en Cuba.

El escritor Daniel Chavarría expresó su disposición a preparar textos biográficos sobre los antiterroristas, para lo cual pidió la colaboración de las instituciones y los familiares.

Juan Formell, director de Los Van Van, afirmó que los músicos cubanos que viajan a los Estados Unidos deberían ser portavoces de la lucha por la liberación de los cinco, de manera que hablaran de ellos en las entrevistas que les hicieran en la televisión y la prensa.

La bailarina Aurora Bosh se inclinó por hacerle conocer del caso a la primera dama norteamericana Michelle Obama, mientras que la publicista Mirta Muñiz y la periodista Arleén Rodríguez Derivet abogaron por una campaña de comunicación más efectiva.

A la reunión enviaron mensajes René González (por intermedio de una llamada telefónica a su esposa) y Antonio Guerrero, cuya carta fue leída por su hermana.

En nombre de los familiares, Adriana Pérez, esposa de Gerardo, agradeció la solidaridad de los artistas cubanos y expresó su convencimiento de que se puede hacer más por la causa de los cinco.

A propósito del Día de los Derechos Humanos, Miguel Barnet leyó un texto sobre el verdadero equilibrio entre justicia y libertad, base de todos los derechos. Una libertad sin justicia es una libertada condicionada, concluyó.

La intelectual Graziella Pogolotti hizo un llamamiento a todos los hombres de buena voluntad, pues cree que la libertad de los cinco pasa por el convencimiento de las individualidades.

El maestro Luis Carbonell declamó un poema escrito por Antonio Guerrero. El ministro de cultura afirmó que todos los presentes habían sido convocados a esta lucha.

Al final de la reunión, Eusebio Leal, historiador de La Habana, hizo un recuento de los vínculos de los mejores hijos de los Estados Unidos con la historia de Cuba, y expresó su confianza en el pueblo de ese país. Concluyó que la verdad se impondrá: los cinco son inocentes.

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