El único de los Cinco que ha logrado
la libertad, después de cumplir íntegramente la desproporcionada e injusta
condena que le impuso un Tribunal de Miami, tiene ahora ciudadanía virtual:
@rene4the5. Pocas horas después de integrarse a esta plataforma de las redes
sociales, René alcanzaba cerca de mil seguidores y había enviado, en español y
en inglés, una docena de comentarios en los que se reconocía de manera
inequívoca la voz del hombre cuya mayor obsesión es el regreso de sus
compañeros encarcelados.
“En 17 días
Fernando cumplirá la injusta condena. ¿Permitiremos que con Antonio y Ramón
suceda eso? ¿Qué significaría para Gerardo?”, se preguntaba el Héroe de la
República de Cuba, quien además saludaba a otros usuarios de Twitter con el
desenfado de un usuario de más largo vuelo en el universo virtual. Cubadebate
pudo comprobar que, siendo un inmigrante digital -aquellos que nacieron antes
de que se popularizara la cultura en red-, René se aplicó durante varios días
para salir airoso de esta prueba e interactuar con los cibernautas del modo más
natural y cercano posible.
-René, ¿por qué
en Twitter?
-La entrada en
Twitter es un atrevimiento. He observado que en la lucha por los Cinco le hemos
dejado un poco ese espacio al enemigo, y desde que regresé siempre estuve
pensando cómo ayudar para que seamos nosotros quienes ocupemos ese lugar en las
redes. He comenzado a aprender un poco del tema con jóvenes, algunos
estudiantes de la Facultad de Comunicación, y todos coinciden en que es un
imperativo integrarse a ellas, de manera personal. Me sugerían fundamentalmente
Twitter. Y decidí dar el paso, un poco vacilante porque uno no se siente muy
seguro en ese medio. Yo soy piloto no especialista en las redes. Sin embargo,
creo que se puede lograr, que vale la pena intentarlo porque es un medio de
comunicación muy popular en Estados Unidos, una herramienta idónea para
acercarnos al público norteamericano. Después tendré que ir perfilando el
mensaje, la forma, el contenido. El objetivo es ese: llegar al público
norteamericano por esta vía, sin descartar alguna otra red social en la que más
adelante podríamos intentar la incursión en ellas.
-Estas
plataformas son un espacio para intercambiar con otros, que pueden estar muy
lejos físicamente, pero muy cerca de nosotros en el espacio virtual, a la
distancia de un clic. En Twitter, el 34 por ciento de la audiencia habla inglés
y más del 80 por ciento de los norteamericanos que están en Internet son
usuarios activos de alguna red social. ¿Qué le interesa dialogar con ese
alguien tan lejos y tan cerca a la vez?
-Quiero hablar
personalmente del Caso (de los Cinco), no desdeñar ninguna vía para hablarle al
público norteamericano y lograr su interés. Ahí es donde tendremos que perfilar
el mensaje y ser creativos. El norteamericano no conoce el Caso de los Cinco.
En las estadísticas que tu mencionas, presumo que una buena parte son
universitarios, académicos, líderes de opinión que nutren a los tanques
pensantes de la política de Washington, y nos interesa sobre todo que ellos
conozcan nuestra historia. Se han dado pasos, yo diría que con mucho trabajo se
ha abierto una pequeña brecha – ahí está, por ejemplo, la presentación del
libro de Stephen Kimber (What Lies Across the Water: The Real Story of the
Cuban Five) en universidades norteamericanas-. Las redes sociales son otras
herramientas que disponemos para seguir abriendo esa brecha, las tenemos a la
mano y no suponen un gran costo económico, como sí lo es publicar anuncios en
periódicos importantes.
-Las redes
sociales son un espacio muy desaprovechado por los movimientos que acompañan la
causa de los Cinco, que parecen preferir las formas tradicionales de
movilización y expresión políticas. ¿Tiene conciencia de eso?
-A mí me interesa
el diálogo. Tuve una buena experiencia con (los blogueros de) La Joven Cuba, en
un par de ocasiones en las que colaboré con ellos, cuando me encontraba en
libertad supervisada (en Miami). El diálogo es necesario y no renunciaremos a
él, por todas las vías que podamos. Empezaremos en Twitter y después iremos
sumando otras formas de comunicación. Es muy importante que las personas que
están ahí, particularmente los norteamericanos, escuchen directamente a uno de
los Cinco y cuando venga Fernando, seremos dos.
-Próximamente
tendrán un encuentro presencial en Londres…
-Hay dos
actividades fundamentales en este año: el encuentro en Londres, en marzo, y la
Jornada de los Cinco en Washington, más adelante, en junio. Dos propósitos
fundamentales tendrá el encuentro en Londres: atraer a parlamentarios de todo
el mundo para que conformen una comisión internacional de investigación sobre
el caso de los Cinco. El fallo va a tener el patrocinio de personalidades
mundiales reconocidas. Otro propósito del
encuentro es recaudar fondos para apoyar las actividades en Washington.
-El 27 de febrero
termina la condena de Fernando González Llort, y debe salir en libertad. Él no
es ciudadano norteamericano, no tiene que pasar por el otro calvario de la
“libertad supervisada” que pesó contra usted.
-Normalmente el
prisionero una vez que termina la sentencia ya tiene bastante avanzado el
proceso de deportación a su país de origen y esta casi siempre se produce de
manera expedita. Siento algo de alivio de que ahora serán solo tres los que
estarán en la cárcel. Siento el mismo
alivio que el resto que está en prisión: la alegría de que uno más de nosotros
pueda estar con su familia, pero también siento la pesadumbre de que otro más
cumplió íntegramente su sentencia. Y siempre recordamos que si Antonio cumple
toda su sentencia, nadie sabe si podrá ver a su mama aquí en Cuba. Y que si
Ramón cumple su sentencia, no vendrá hasta el 2024 y que para Gerardo
significaría morir en la cárcel. Por eso tenemos que intensificar todas las
acciones y, sobre todo, no perder oportunidad alguna de hacer algo por el Caso
de los Cinco.
-En Twitter y en
otras redes lo principal es comunicar sentimientos, pero hay que lidiar con la
tecnología y no cansarse. ¿Podrá René?
-Eso espero.
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