Por Carlos Alberto Pérez
en blogosfera cuba
Sirva esta entrevista para movilizar
conciencias y evitar que los tres cubanos que aún permanecen encarcelado tengan
que cumplir sus sentencias completas como
sucedió con René y Fernando.
Entrevista que le concediera
Fernando González Llort, uno de los cinco cubanos que fueron condenados en los
Estados Unidos, a los miembros de Blogosfera Cuba días antes del cumplimiento
de su injusta condena. La entrevista si hizo posible gracias a la
intermediación de René González que sirvió de enlace con su hermano de lucha.
¿Podrías mencionar las cinco palabras que más han venido a tu mente en los
años de prisión injusta? Si deseas comenta alguna o todas.
Cuba, Familia, Gratitud, Lucha,
Libertad.
Este 14 de febrero será el último
tuyo tras las rejas sin tu Rosa. ¿Cómo piensas organizar el próximo, cuando al
fin podrás pasarlo entre los brazos de tu amada?
Muchas gracias por tu pregunta que
está dirigida al ámbito humano y de los sentimientos, lo cual contribuye a que
los lectores nos conozcan mejor como seres humanos. Cuesta trabajo en estos
momentos en que se acerca vertiginosamente la fecha de mi salida de prisión y
regreso a Cuba después de tantos años de encierro, pensar en cómo quisiera organizar
algo de tanta significación, pero para lo cual falta un año. Son muchas las
cosas que en estos días finales en la prisión pasan por mi mente sobre la
experiencias que me esperan en los próximos días, todas seguramente muy
intensas.
Hay muchas incógnitas y muchos
deseos por llevar a la realidad. Esto hace difícil pensar en algo que ahora se
observa distante, como es el 14 de febrero del 2015. Sé que me vas a comprender
aunque mi respuesta no es la que deseabas o esperabas. Pero te puedo asegurar
que, teniendo un año para pensar en cómo celebrar ese día, haré todo lo que
este a mi alcance para que sea uno bien especial. Eso es lo que me propongo
desde ahora.
Si pudieras hablar con el presidente
Barack Obama qué le dirías sobre tu caso y el de tus compañeros.
Un saludo a Iroel Sánchez. Soy un
lector asiduo de sus trabajos y de otros que se publican en La Pupila Insomne,
y me parece un blog de mucha calidad por el contenido de los trabajos que
publica y una contribución muy importante en la batalla en el campo de las
ideas y la información.
Si pudiera hablar con el presidente
le pediría que como ex profesor de Derecho Constitucional mirara sin prejuicios
la evidencia sobre nuestro caso y las opiniones que importantes y prestigiosos
juristas norteamericanos y de otros países han emitido sobre el mismo. Que lea
sin prejuicio, por ejemplo, los Amicus Briefs que se presentaron a la Corte
Suprema por más de diez ganadores como el del Premio Nobel.
Le pediría que como ex activista
comunitario tratara de ver de una manera desprejuiciada la realidad cubana.
Estoy seguro que vería allí solucionadas muchas de las dificultades por las que
trabajó para solucionar en las calles de Chicago durante su juventud. Vería los
esfuerzos de nuestro pueblo por tener una sociedad cada vez más justa, y que
eso era lo que defendíamos Los Cinco.
Le pediría que como político
revisara la historia; esa que nos ha propuesto repetidas veces olvidar, y que
vea como Cuba ha tenido que enfrentar más de 50 años de agresiones, muchas de
ellas violentas, y como desde Miami se organizan estas sin ser debidamente
combatidas por los organismos que deberían hacerlo. De ahí la necesidad del
trabajo que Los Cinco hacíamos.
Después de ver esos tres ángulos del
asunto, que llegue a sus propias conclusiones. Si logra hacerlo sin prejuicios,
estoy seguro de que al siguiente día estaríamos los cuatro en La Habana junto a
René.
Fernando, tuviste el honor de participar, como internacionalista, en la
lucha por la independencia de Angola, que ayudó a descolonizar África y puso
fin al régimen del apartheid, ¿qué experiencias puedes compartir con los
blogueros cubanos respecto a esa etapa?
Sobre mi participación en Angola
puedo decirte que fue una de las experiencias determinantes en mi formación. Yo
era muy joven entonces, recién graduado de mi carrera universitaria con 24 años
cuando tuve esa experiencia. Y coincidió que fue una etapa decisiva de la
participación cubana en Angola.
Yo estuve allí entre 1987 y 1989 ,
cuando se desarrollaba la Batalla de Cuito Cuanavale, en donde no estuve
físicamente. Pero si fui testigo del avance hacia el sur, en dirección a la
frontera con Namibia, de las tropas cubanas y angolanas que se encontraban
estacionadas en el suroeste.
Tuve el privilegio de ser designado
a trabajar en el Estado Mayor de la Agrupación de Tropas del Sur, en Cahama, y
ser testigo del espíritu de los cubanos y de los angolanos que habían sido
parte de ese avance de las tropas en dirección sur, una operación que decidió
la contienda y, junto a la resistencia en Cuito Cuanavale, abrió el camino al
fin del conflicto, a la independencia de Namibia y, como reconoció Mandela, al
fin del Apartheid en Suráfrica.
Más adelante regresé a Lubango, el
punto desde donde habían salido las tropas en su movimiento al sur, donde fui
parte del Grupo Operativo que allí estaba destacado, y trabajé más directamente
con los compañeros de las FAPLA que tenían en esa ciudad del sur de Angola su
Estado Mayor para las tropas en esa región. Fue una experiencia muy
enriquecedora trabajar con ellos día a día y ser parte del espíritu de
camaradería que nos imbuía a todos, del espíritu de lucha que los caracterizaba.
Fui parte del regreso honroso de
nuestras tropas victoriosas y recibir el reconocimiento de nuestro pueblo al
llegar al vecindario es una de las cosas más emocionantes que he vivido.
Fue muy instructivo ver a un pueblo
que había sido víctima del colonialismo luchar por preservar su independencia y
contribuir nosotros en ese esfuerzo, a la vez que ellos hacían el mayor
esfuerzo por salir adelante. A la vez, pude constatar los efectos de siglos de
colonialismo, el atraso y el subdesarrollo al que habían condenado a Angola
hasta ese momento y los efectos de más de diez años de guerra impuesta desde el
exterior. Aprendí más de esa experiencia que de todos los libros que pudiera
haber leído hasta entonces sobre el capitalismo y los efectos del dominio colonial
sobre nuestros pueblos.
Fue bonito y aleccionador ver a los
angolanos resistir y esforzarse por salir adelante a la vez que brindaban su
territorio a la SWAPO de Namibia que luchaba por la independencia de su país.
Respuesta sobre el tema a una entrevista
anterior:
Angola fue otro hito importante en
mi vida.
De los cubanos y angolanos que me
rodeaban aprendí mucho. Constatar el espíritu de camaradería y solidaridad en
condiciones difíciles, la sencillez de unos y otros, el esfuerzo colectivo y en
equipo a pesar de las diferencias culturales. La riqueza que aportaban
precisamente esas diferencias, aprender los unos de los otros.
Yo tenía entonces 24 o 25 años, pero
la mayor parte de los soldados cubanos y muchos de los angolanos eran aún más
jóvenes que yo. En esos dos años vi a muchos cubanos llegar a Angola con las
características físicas y psicológicas de quienes aun están saliendo de la
adolescencia y transformarse en hombres jóvenes, forjados por la disciplina, la
responsabilidad y la conciencia revolucionaria. Yo no era ajeno a ese proceso
de maduración que también se producía en mi persona.
Yo era un joven graduado de la universidad,
joven de la ciudad, que creía saber mucho. Pero allí aprendí, de angolanos y
cubanos, que además de instrucción que uno pueda tener hay otras cosas que
tienen que ver con la formación del carácter, con la sensibilidad humana, con
el espíritu solidario, que son tan o más importantes.
Ver con mis propios ojos el
resultado del colonialismo. Las consecuencias para los pueblos, en este el
angolano, me enseño más que todos los libros que pudiera haber estudiado. Ver
el espíritu de lucha de ese pueblo y la voluntad de superar ese pasado,
rechazando la agresión externa y enfrentando a las fuerzas de la
contrarrevolución interna apoyadas desde el exterior, fue también una lección.
Aun cuando la prisión ha resultado una dura prueba, ¿cómo nos explicas el
respeto y el reconocimiento que Los Cinco han generado en las cárceles
norteamericanas? ¿Cuáles han sido las principales muestras de solidaridad de
los presos en EE.UU?
El respeto y el reconocimiento que
Los Cinco hemos generado en las cárceles norteamericanas lo atribuyo a una
conjunción de factores. En primero lugar, las otras personas observan a un
preso que es un individuo serio, que no entra en dinámicas tan típicas de la
prisión que son el caldo de cultivo para los conflictos entre presos. Observan
también la serenidad que uno mantiene y la madurez para aconsejar o dar un
criterio a alguien que lo solicita y la discreción y la reserva cuando entra en
conocimiento de alguna situación, personal de otro preso que la comparte con
uno o de otro tipo. Eso va creando un criterio de respeto entre los presos
hacia uno, aun sin que conozcan la naturaleza del caso nuestro.
Por otra parte, las personas que
hemos retado a las autoridades en un juicio siempre son, en general, vistas con
cierto respeto. Se les reconoce la actitud cuando no son muchos los que lo
hacen.
Ya cuando hay cierto conocimiento,
aunque no sea en detalles, del caso que nos mantiene en prisión, entonces
entran a jugar otros factores que contribuyen a ese respeto al que te refieres.
Ya la gente sabe, no solo que fuiste a juicio, que como te decía, por si solo
genera cierto respeto, sino que eres un preso que enfrentó todo el odio que el
gobierno de este país suele vertir contra quienes considera sus enemigos
políticos.
Aquí entra a jugar también, y está
en la base de todo, que muchas personas, aun sin conocer detalles de la
historia de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, y sin tener casi
ninguna conciencia política, por instinto, saben que Cuba se enfrenta y ha
resistido, al poder del gobierno estadounidense. Ven en nosotros, pues, un
reflejo de esa resistencia, somos parte de ella, nos asocian a ella, y eso
genera respeto.
Todos esos factores se van juntando.
Y entonces adicionas el apoyo que ven que recibimos tanto del pueblo cubano
como de tantos amigos alrededor del mundo. Y, aunque no conozcan los detalles,
notan el correo que recibimos y que enviamos. Saben que eso significa apoyo.
Como te decía, son factores que se
van juntando. Unidos, conforman una circunstancia que hace a los otros presos
percibirnos como personas serias y dignas, y mostrar hacia nosotros ese respeto
al que te refieres.
¿Cuánto ha influido en su resistencia los mensajes y muestras de apoyo de
los cubanos y amigos alrededor del mundo?
Los mensajes y muestras de apoyo de
los cubanos y de los amigos alrededor del mundo han tenido una influencia
significativa en nuestra resistencia. No se trata de que sin ellos no se
hubiera resistido. Pero sin dudas, hacen la resistencia más llevadera, más
fácil. El saber que uno tiene la comprensión y el apoyo de todo un pueblo que
lucha y de cientos de miles de amigos alrededor del mundo le da a uno más
confianza en la victoria y aprende uno también de quienes luchan por nosotros
en condiciones tan desventajosas como pueden ser las que enfrentan nuestros
amigos en otros países en los que sacar adelante los temas de nuestro caso
requiere mucho esfuerzo, iniciativa y perseverancia.
Por otra parte, el recibir tantos
mensajes de solidaridad y apoyo también tiene una repercusión práctica,
concreta. Ya me referí en la respuesta anterior a un ángulo de esa repercusión,
pero también las autoridades de la prisión, y muchos otros presos, llegan a
conocer quiénes somos y el apoyo que recibimos. Eso influye hasta cierto punto
en el cuidado que aplican ante ciertas circunstancias en el tratamiento que nos
dan, sin que eso implique que recibamos ningún tratamiento diferenciado. Solo
que hay cuidado en cuanto a cómo nos tratan.
Fernando, todos sabemos que los
héroes cubanos son de carne y hueso, nos gustaría conocer ¿qué prefieres
bailar, comer, leer o hacer en tus ratos de ocio?
Mira, prefiero bailar la música
cubana, y en general, lo que se conoce como “Salsa”. No soy un gran bailador,
pero me divierto. La comida preferida es la criolla. Un buen congrí con carne
de cerdo y un buen plato de yuca con mojo.
En cuanto a la lectura, me gusta la
historia, los temas de economía internacional, los temas de ciencia, la
información política y la científica, así como la buena ficción.
En los ratos de ocio me gusta
disfrutar del deporte. Tanto practicarlo como verlo por la televisión.
Cada generación tiene un papel que
jugar en la Historia de su país. En la época que te correspondió, supiste ser
consecuente con esto. ¿Cómo te sientes al respecto? ¿Cuáles son, a tu entender,
los retos actuales de la juventud cubana?
Puedo decirte que me siento
satisfecho de cumplir con lo que considero mi deber y hacerlo con dignidad y
con honor.
Estoy consciente de la razón
histórica por la que estoy preso, se trata de castigar a Cuba y de ahí las
serias injusticias cometidas en nuestro caso. Esa conciencia me proporciona
serenidad y tranquilidad. Sé que estoy preso por una causa honorable y eso me
permite ser un preso optimista y hasta feliz, en el sentido de la satisfacción
del deber cumplido.
No me siento en capacidad de definir
los retos concretos de la juventud cubana actual. Son muchos años fuera de Cuba
y, aunque me mantengo informado sobre la realidad nacional, no tengo el
contacto sistemático con esta que creo sería necesario para hacer tal
valoración y ofrecer una opinión. En general, me parece que los jóvenes deben
prepararse lo mejor posible en el ámbito de los conocimientos pero también, y
fundamentalmente, en el ámbito de los valores, para hacer el mayor aporte
posible hoy y en el futuro a dar continuidad a la obra de la Revolución, en un
mundo cada vez más complejo y lleno de retos y peligros. El conocimiento
profundo de la historia de nuestro país y de las tradiciones de lucha de
nuestro pueblo es fundamental en ese sentido, en mi opinión.
De todo este tiempo en prisión, cuál ha sido el (o los) libros que más le han impactado, los
que mejor recuerda?
Hay dos libros que me han impactado
más que ningún otro, aunque hay muchos que han sido muy interesantes. El
primero de ellos lo leí por primera vez al comenzar a servir mi sentencia y es
el libro de Cintio Vitier “Ese Sol del Mundo Moral”. Un libro que todo cubano
debería leer por la interesantísima interpretación de la historia de Cuba que
se hace en el mismo y el exquisito estilo literario que caracteriza la obra de
Cintio, en mi opinión, el ensayista cubano más profundo de los que he leído.
El segundo libro al que hago
referencia lo he leído casi al terminar de cumplir mi sentencia porque es de
reciente aparición y espero que en el futuro cercano pueda ser traducido al
español porque también creo que todo cubano debería leerlo. Se titula “Visions of
Freedom. Havana, Washington, Pretoria, and the Struggle for Southern Africa,
1976-1991″. Es un libro de un académico norteamericano que se llama Piero Gleijeses.
Profesor de la Universidad John Hopkins.
El había escrito ya un primer libro
sobre la participación cubana en Angola y ahora, después de 15 años de
investigación y acceso a documentos nunca antes publicados, ha escrito lo que
considero una obra maestra. Siendo un libro académico, me emociono más que
cualquier novela porque recoge el esfuerzo cubano en Angola hasta la victoria
final. Hay largas y abundantes citas de documentos desclasificados por Cuba,
incluidas transcripciones de reuniones en las que se tomaron decisiones
trascendentales y decisivas, reuniones de la más alta dirección del país, del
Comandante en Jefe, de altos mandos políticos y militares, tanto de
conversaciones entre ellos como con sus contrapartes angolanas y soviéticas de
entonces.
Y lo que transpira en el libro y el
autor lo captura muy bien en base a las fuentes documentales no solo cubanas
sino también estadounidenses, surafricanas y de otros países, es la política
exterior de principios de la Revolución cubana, su altruismo, el de nuestro
pueblo, la firmeza en los principios y la delicadeza y el respeto con que se
trataron cada una de las contradicciones que se presentaron en los anos de
misión internacionalista cubana en Angola, a la vez que se mantenía la
independencia de criterios y se defendía con firmeza las opiniones políticas y
militares de Cuba sobre cómo actuar. Opiniones que a la postre fueron las que
predominaron y solucionaron el conflicto.
Cuando uno lee el libro se llena de
orgullo de ser cubano y de ser revolucionario, de la dirección de la
Revolución, y de haber sido parte de ese esfuerzo internacionalista.
Fernando: El heroísmo para muchos
solo es cosa de las películas de Hollywood o los libros de historia. ¿Se ve
Fernando a sí mismo como un héroe?
Yo no me veo como un héroe. Yo
simplemente hice y he hecho lo que estoy seguro que millones de cubanos habrían
hecho. Yo lo que puedo decir es que, en todo caso, yo fui privilegiado con la
oportunidad de hacer lo que millones hubieran deseado tener la oportunidad de
hacer, y ante una circunstancia adversa, un momento definitorio, asumí una
posición que creo que está acorde con la historia de nuestro pueblo, su
espíritu de lucha y de resistencia. Y esos valores inculcados que nos llegan a
través de la historia de luchas de nuestro pueblo son los que llevamos en
nuestros corazones la inmensa mayoría de los cubanos, no solo nosotros cinco. Por
eso digo que lo que nosotros podamos haber hecho lo harían millones de cubanos
al igual que lo hicimos nosotros. Por eso la Revolución está ahí y continúa
adelante.
¿Qué te ha aportado la música y como la has vivido desde allá dentro? ¿Qué
evolución destacas y cuales son para vos los logros de la revolución cubana en
la música de hoy?
Con respecto a la música estoy
desactualizado, especialmente en cuanto a la música que se hace hoy en Cuba.
Durante la mayor parte de mi tiempo en prisión no he tenido acceso a música
cubana. En el ultimo año y medio he tenido un acceso a ella parcial y limitado
a la música producida en nuestro país hace quince o veinte años, nada más reciente
que eso. No puedo, por tanto, hacer comentario alguno sobre la evolución de la
música en nuestro país. No me puedo referir a lo que en tu pregunta defines
como “la música de hoy”.
Si te puedo decir, en referencia a
la otra parte de tu pregunta, que escuchar la música, sobretodo la nuestra,
aunque no sea la actual, a lo cual he tenido acceso como te decía en el último
año y medio, es transportarme mentalmente a Cuba, recordar las amistades, mi
juventud, recordar la ciudad en la que he vivido toda mi vida, la cultura
cubana, etc. Son momentos en que, como decimos en la prisión “nos vamos en un
viaje”.
¿Cuál es el principal reto que tiene el movimiento de solidaridad
internacional en la causa de los Cinco y en qué acciones debemos enfatizar todo
el esfuerzo?
Yo trato de ser muy cuidadoso al
emitir una opinión sobre el movimiento de solidaridad internacional y mucho más
tratándose de identificar cual es el trabajo que creemos que hay que hacer. En
primer lugar, ese movimiento es un esfuerzo de ellos y no dirigido por nosotros
cinco. Además, son personas que hacen un gran esfuerzo, con pocos recursos y
sobreponiéndose a muchas dificultades. A ellos le debemos mucho y siento una
gratitud inmensa hacia todos los que forman parte de ese movimiento.
Aclarado eso, me parece que el reto
principal, y no estoy descubriendo nada nuevo en esto, es conocido por quienes
conforman el movimiento de solidaridad, se puede identificar de la siguiente
manera: llegar cada vez con más insistencia a los círculos en los que se toman
las decisiones políticas, fundamentalmente en Estados Unidos.
Si revisamos la historia veremos que
en las luchas sociales y en casos de injusticia, las autoridades
norteamericanas solo han tomado las decisiones favorables a esas causas cuando ha
sido conveniente políticamente para ellas, o cuando el costo de mantener la
situación ha sido mayor que el de corregirla. El movimiento de solidaridad
internacional, conformado por personas con experiencia en las luchas por otros
temas de justicia, en tratar de cambiar ciertas condiciones sociales, conoce
muy bien esto. La cuestión es como llegar a que esas sean las condiciones, a
que, por ejemplo, el costo político de mantener a nuestros hermanos en prisión
supere a lo que la autoridades políticamente consideran el beneficio de no
liberarlos. La movilización de conciencias en esa dirección, el trabajo para
educar a sectores políticos y hacer que se sienta con más fuerza aun la demanda
de liberación de nuestros hermanos, de que se haga palpable para los centros de
toma de decisión el costo político de no hacerlo, me parece que es el reto
principal del movimiento de solidaridad.
Repito, es algo que nuestros amigos
conocen. No digo nada nuevo. El reto está en cómo lograrlo cuando no se trata
de personas con influencia política o con recursos económicos para lograr esa
influencia política de la manera que funcionan las cosas en este país. Y sé muy
bien que los amigos están constantemente ideando como mejorar el trabajo y cómo
hacerlo más efectivo. Apoyar el evento de Londres a inicios de marzo y la
jornada “Cinco días por Los Cinco” en junio, precisamente en la capital
estadounidense, serian formas concretas de contribuir a lograr ese objetivo.
¿Qué le diría a los jóvenes, como actores imprescindibles en esta lucha?
Los jóvenes, con su iniciativa y su
energía, con su entusiasmo y su capacidad de comunicación con otros jóvenes,
con su dominio de las nuevas tecnologías de la comunicación, pueden y deben
jugar un rol fundamental en esta lucha.
Hay trabajo de base, en las
comunidades, educando sobre el caso, o contactando oficiales electos (en el
caso de Estados Unidos) para el cual se requiere de tiempo, de energías, en las
que la juventud puede hacer una contribución fundamental.
El uso de Twitter, Facebook, y otros
medios digitales de comunicación con iniciativa, es otro campo en el que la
juventud puede aportar mucho. Tanto la juventud norteamericana, o de otros
países, como la cubana de las formas en que le sea factible y con los recursos
a sus disposición. La capacidad creadora de la juventud, con mensajes y códigos
correspondientes a las formas de comunicación de las nuevas generaciones puede
contribuir mucho a hacer llegar la verdad de nuestro caso a cientos de miles de
jóvenes en todo el mundo que no conocen del caso, o también para hacer llegar a
oficiales electos ( otra vez me refiero a Estados Unidos) el mensaje con la
petición de nuestra liberación o elementos de interés sobre el caso.
Yo les diría a los jóvenes que se
sumen con entusiasmo y con dedicación a la lucha. Sin ellos, se haría mucho más
difícil lograr los objetivos.
¿Qué o que cosas le ayudaron a
cumplir su sanción íntegramente sin doblegar sus principios? Si tiene alguna
anécdota o “consigna” (hablo de elemento de reafirmación) que le ayudó en este
empeño.
El elemento principal que me ayuda a
cumplir la condena sin doblegar los principios es la conciencia de que
defendemos una causa justa. Esa conciencia confiere serenidad y comprensión de
la situación personal por dura que sea. Permite poner en contexto nuestra
situación y lo que sucede. Sabemos que lo que se castiga, o lo que se pretende
castigar en nosotros es a Cuba por la herejía de tratar de construir una
sociedad justa y hacerlo muy a pesar de la hostilidad del país más poderoso del
planeta que no acaba de aceptar la idea de que Cuba es un país independiente y
soberano. Esa comprensión nos permite darle poner en perspectiva histórica a la
situación personal por la que pasamos y asumirla con honor y con dignidad. Permite
tener una visión más abarcadora, un cuadro más general, sobre qué representa
nuestro caso en un proceso histórico más amplio de hostilidad de las
autoridades de Estados Unidos hacia la Revolución cubana. Y sin pretender
considerarnos símbolos de nada, espero que la lección que saquen las
autoridades norteamericanas es que así como no pudieron doblegarnos a nosotros
cinco, no podrán nunca destruir la Revolución.
Los principios no los hubiéramos
doblegado nunca, como se comprobó durante los años iníciales aún en el más
absoluto aislamiento, y sé que tampoco nuestros hermanos que permanecen en
prisión doblegarán sus principios aún en las más difíciles condiciones. No
obstante, la solidaridad y el apoyo que recibimos tanto del pueblo cubano como
de tantos amigos y amigas alrededor del mundo, hacen más llevadero el
cumplimiento de la condena. A la vez, se convierte en un compromiso para
nosotros. Un compromiso de resistencia y de lucha.
¿Qué ha significado para usted su amistad con Oscar López Rivera?
Yo tuve el privilegio de compartir
algo más de cuatro años de mi encarcelamiento con Oscar. Él es una persona de
principios a la cual respeto y admiro. Fue con su ayuda, por ejemplo, con quien
di los primeros pasos en el dibujo. El lleva muchos años pintando, y me ayudó
mucho cuando decidí introducirme en el dibujo.
Es una persona de la cual aprendí
muchas cosas. Él tiene la experiencia de las luchas en Estados Unidos en los
años 60 y 70. Vivió la experiencia de Viet Nam, y antes de eso, de la
emigración boricua a Estados Unidos en los años 50 del siglo pasado donde
enfrentaron la pobreza y la discriminación racial. Hay una parte de la historia
de Estados Unidos de la cual no se habla en los libros de texto: la de las
luchas de grupos revolucionarios de afroamericanos, de Chicanos, de
puertorriqueños y hasta de anglosajones. Grupos que enfrentaron la represión
más feroz del sistema. La década del 70 del siglo pasado fue muy activa para
esos grupos. Oscar conoce mucho de las luchas en esa época y a través de él
pude conocer de experiencias, pude leer libros escritos por participantes en
aquellas luchas. Hay, por ejemplo, presos políticos afroamericanos que llevan
más de cuarenta años en prisión como resultado de aquellas luchas y son
prácticamente desconocidos por sus propias comunidades.
Con él también conversé mucho sobre
Puerto Rico y la realidad de esa Isla colonia de Estados Unidos en pleno siglo
XXI.
El lleva más de treinta años preso y
ha sido verdaderamente maltratado, sobretodo en sus primeras dos décadas en
prisión, por las autoridades que vertieron sobre él todo el odio que que suelen
verter sobre aquellos a quienes considera sus enemigos políticos. Así que de la
realidad de la prisión también aprendí de él.
Es una persona bien informada,
ideológicamente bien definida, con la cual pude sostener conversaciones sobre
la realidad política del país, sobre la actualidad, sobre la historia, etc, que
de otra manera no hubiera tenido la oportunidad de tener pues lo que predomina
en la prisión es la apatía sobre esos temas, la desinformación y la falta de
conciencia.
Oscar es un gran ser humano e hizo
más productivo en cuanto a mi preparación y mi educación, mi paso por la
prisión.
A él le deseo lo mejor, y que la
lucha de su pueblo y de los amigos que le apoyan conduzca a su libertad. Aunque
bien sé que él está dispuesto a hacer el sacrificio que sea necesario y lo
asume con ecuanimidad, con dignidad y con honor. Pero se merece ser libre y
disfrutar de sus hermanas, de su hija y de su nieta, así como de su pueblo. Un
abrazo para él.
¿Qué piensa hacer a su llegada a la isla?
Lo principal a mi regreso, en los
primeros momentos y días, será disfrutar de mi familia y compartir con Rosa
Aurora, de los cuales he estado separado por tantos años. Saludar a los
familiares de mis hermanos, compartir con amigos a quienes no veo hace tanto
tiempo y tratar de llenarme de la isla, de la vida a la que estamos acostumbrados
y que tanto extraño, bañarme en el mar si el clima lo permite, caminar La
Habana. Después habrá tiempo para planificar otras cosas, esas son las de los
momentos más inmediatos a mi regreso.
En términos más generales, en cuanto
al futuro, unirme a la lucha por el regreso de mis otros hermanos y tratar de
contribuir a esta de la mejor manera posible.
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