sábado, 2 de febrero de 2013

Día de la Identidad Latinoamericana y del Caribe



Por Jorge Cortés Ancona

El fundamental ensayo “Nuestra América”, de José Martí, es el ideario esperanzador del devenir político, social y cultural de nuestros pueblos de Latinoamérica y del Caribe. Un texto que expresa con la contundencia de la claridad el talante que debemos asumir para afrontar con inteligencia las amenazas de los tigres voraces que siguen al acecho de nuestras regiones.
Martí remarca firmemente la necesidad de conocer y valorar nuestras fuerzas primigenias dentro de un sentido de colectividad activa. Nos exhorta a consolidar una sociedad responsable y laboriosa con el esfuerzo conjunto de nuestros habitantes, hombres y mujeres, que son la mayor fuerza y riqueza con que cuentan nuestros países. Sin duda, nuestro desarrollo tiene que ser una acción colectiva y para ello se requiere tener en claro sobre qué terreno estamos avanzando.
Algunas tareas deben prevalecer sobre otras. Todavía no es tiempo de sumirnos en devaneos personalistas. Conocernos a fondo es prioritario. Estudiarnos antes que auto-celebrarnos. En las palabras del gran poeta de Nuestra América, “el premio de los certámenes no ha de ser para la mejor oda, sino para el mejor estudio de los factores del país en que se vive”.
Este conocimiento intrínseco de nuestras capacidades y nuestras carencias es un factor determinante para solucionar los problemas que todo entramado social conlleva en su dinámica de cada día. Porque “resolver el problema después de conocer sus elementos, es más fácil que resolver el problema sin conocerlos”.
Esta aprehensión abarcadora de nuestro entorno genera el ánimo indispensable para las transformaciones creadoras. No miramos con sumisión a nuestros pares de otros continentes o de otras zonas de nuestro hemisferio, sino que nos situamos con identidad orgullosa a la altura de los tiempos que transcurren. Podemos dialogar, proponer y exigir cuando debe hacerse.
En América Latina y el Caribe, lo mismo en las ya bicentenarias o centenarias “naciones tan adelantadas y compactas” que en los estados que se independizaron en la segunda mitad del siglo XX y en aquellos que aún siguen sujetos al colonialismo, la voluntad de cooperación está presente para plasmar en hechos la sabiduría visionaria de José Martí.
El ideario de “Nuestra América” es integrador y deja en claro el modo en que la cultura se imbrica con la política y la educación para hacer viable un desarrollo con justicia social. Necesitamos conocer de primera mano nuestras circunstancias y nuestras inconsistencias, mirar la realidad con la mayor precisión posible, sin los mantos de prejuicio que oscurecen la conciencia.
Por tratarse de un pasaje a la medida de nuestros tiempos, podemos afirmar con Martí: “surgen los estadistas naturales del estudio directo de la Naturaleza. Leen para aplicar, pero no para copiar. Los economistas estudian la dificultad en sus orígenes. Los oradores empiezan a ser sobrios. Los dramaturgos traen los caracteres nativos a la escena. Las academias discuten temas viables. La poesía se corta la melena zorrillesca y cuelga del árbol glorioso el chaleco colorado. La prosa, centelleante y cernida, va cargada de idea. Los gobernadores, en las repúblicas de indios, aprenden indio”.
Con independencia de que pensemos en idioma originario o en lengua trasplantada de Europa, la hermandad de nuestros pueblos motiva a que nos entendamos del modo más perfecto posible unos a otros. Cada vez es mayor la oportunidad de conocer nuestras aportaciones culturales de la actualidad y de siempre ahora que las nuevas tecnologías facilitan ese acercamiento.
Nuestra capacidad de discernir no puede estar titubeante, porque, citando de nuevo a Martí, “se ha de tener fe en lo mejor del hombre y desconfiar de lo peor de él. Hay que dar ocasión a lo mejor para que se revele y prevalezca sobre lo peor”.
Nuestro pasado milenario sigue la impetuosa corriente que lo ha traído a este presente abundante en opciones. “Conocer es resolver”. Conocer nuestro entorno a partir de la experiencia directa. Atender los problemas que realmente existen y procurar el mejoramiento en función de las condiciones existentes.
Desde Yucatán, desde esta entidad federativa de México donde pueblo y gobierno hacen posible un entorno de paz social y donde se viven tiempos de optimismo, deseamos fervorosamente que nuestros países de Latinoamérica y del Caribe se mantengan juntos en la concreción de esta poderosa trinchera de ideas.

(Palabras leídas en la Ceremonia por el Día de la Identidad Latinoamericana y del Caribe efectuada ante el busto de José Martí en el Parque de las Américas el pasado 30 de enero.) 

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