Por Cristóbal León Campos
El 12 de septiembre de 1998,
fueron arrestados en el Sur de la Florida por agentes del FBI y mantenidos en
celdas de aislamiento durante 17 meses antes de que su caso fuera llevado al
tribunal, Cinco cubanos antiterroristas. Acusados de espías y terroristas les
fueron agregando falsos delitos como el de conspirar contra el gobierno
estadounidense e incluso de asesinato. Durante su juicio, no fueron capaces de
probar tales delitos sus acusadores, quedando en evidencia la injusticia que se
estaba cometiendo.
Estos cubanos fueron a Estados
Unidos para monitorear las actividades de los grupos mercenarios responsables
de numerosos actos terroristas contra el pueblo cubano, así como para la
constatación de las organizaciones que los apoyan. Su único objetivo era advertir
al gobierno de Cuba sobre los planes de sabotaje contra la isla y poder adoptar
medidas de prevención y defensa.
A pesar de que no tenían ninguna
intención de realizar acciones contra el gobierno estadounidense, el jurado
elegido a modo de los intereses imperialistas, encontró “culpables” a los Cinco
de todos los cargos atribuidos.
Después de ser “hallados
culpables”, los Cinco fueron sentenciados en 2001 a condenas largas y sin
precedentes, confinados en cinco cárceles de máxima seguridad totalmente
separadas una de otra. Las sentencias dictadas son: para René González quince
años de prisión; para Gerardo Hernández dos cadenas perpetuas más quince años;
para Antonio Guerrero cadena perpetua más diez años; para Ramón Labañino cadena
perpetua más dieciocho años; y para Fernando González diecinueve años de
prisión. Los tres cubanos con cadenas perpetuas se convirtieron en las primeras
personas en Estados Unidos en recibir esta condena en casos relacionados con
espionaje, en el cual además no existió ni un solo documento secreto. Esta es
una más de las calumnias e injusticias realizadas por los gobiernos de Estados
Unidos en un contexto de permanentes agresiones al pueblo cubano desde su
liberación en 1959.
Posteriormente y tras 27 meses la
Corte de apelaciones revocó todas las condenas al considerar que estos cinco
hombres no tuvieron un juicio justo en Miami. En 2005, el Grupo de Trabajo de
Naciones Unidas sobre Detenciones Arbitrarias, determinó que esta privación de
la libertad es arbitraria y exhortó al gobierno de Estados Unidos a tomar las
medidas necesarias para rectificar esa arbitrariedad. Nunca antes el Grupo de
Trabajo sobre Detención Arbitraria ha denunciado como arbitraria la privación
de libertad en un caso juzgado en Estados Unidos debido a violaciones cometidas
durante el proceso legal.
La Fiscalía inventó crímenes que
no fueron probados en el juicio, promovió un ambiente hostil y manipuló la
evidencia y al jurado. No hay pruebas para sustentar las acusaciones y la
imposición de condenas irracionales e injustificables son una muestra de una
verdadera violación de los Derechos Humanos.
A los Cinco se les ha impedido el
contacto con sus familiares e hijos, y ni siquiera pueden comunicarse entre sí
a pesar de haberse comportado de un modo ejemplar. Amnistía Internacional ha
condenado esos actos como violaciones del Derecho Internacional. El 4 de junio
de 2008 el panel de tres Jueces encargado por el Onceavo Circuito de
Apelaciones de Atlanta, emitió su opinión anulando las condenas de los Cinco y
ordenó un nuevo juicio por considerar que no tuvieron uno justo.
Sin embargo, debido a la cerrazón
de los jueces derechistas que se empeñan en mantener las sentencias de los
detenidos la injusticia continúa, a pesar de las numerosas cartas abiertas que Premios
Nobel y otros artistas e intelectuales de todo el mundo han dirigido al Fiscal
General de los Estados Unidos demandando justicia para los Cinco cubanos. Más
de mil parlamentarios y comisiones legislativas del mundo, incluyendo a México,
se han dirigido a las autoridades americanas exigiendo la liberación de los
cubanos. La lucha por la liberación de los Cinco se ha convertido en un amplio
movimiento social a lo largo del orbe.
Otra muestra de la inhumana
actitud del gobierno de Estados Unidos es el hecho de que en julio del 2010,
enviaron a Gerardo Hernández una vez más al “hueco” durante una semana a pesar
de que su vida corría peligro al presentar trastornos físicos a causa de una
bacteria adquirida en prisión. Demostrado quedó otra vez, que al Imperio no le
importa la vida humana, muchos menos la vida de los Cinco. El 25 de abril de
2011, el Gobierno de Estados Unidos pidió a la Corte que rechazará la solicitud
de Habeas Corpus de Gerardo Hernández Nordelo y que no se le conceda una
audiencia para analizar sus argumentos y las supuestas pruebas presentadas
contra él.
El 7 de octubre de 2011, René
González salió de la cárcel y comenzó a cumplir su período de libertad
supervisada en territorio estadounidense, por espacio de 3 años, el cual ha
estado caracterizado por múltiples restricciones. Hasta el momento, René ha
recibido varias amenazas de muerte y su vida corre un peligro permanente debido
a que está expuesto a que grupos anticubanos atenten contra él. En abril de
2013, se le concedió por segunda ocasión a René permiso para viajar a Cuba y
asistir a las ceremonias en memoria de su padre recientemente fallecido. El 3
de mayo, la jueza Joan Lenard aceptó la solicitud presentada por René para
modificar las condiciones de su libertad supervisada y permanecer en Cuba, a
cambio de la renuncia a su ciudadanía estadounidense. Actualmente se encuentra
realizando los trámites en la Sección de Intereses de Estados Unidos en La
Habana, los cuales concluirán cuando le sea emitido un Certificado de Pérdida
de la Ciudadanía por el Departamento de Estado. A pesar de este avance en la
situación de René la injusticia permanece.
Las dos cadenas perpetuas más 15
años de privación de libertad que Gerardo pasa, lo condenan a que permanezca en
prisión por el resto de su vida. Su esposa continúa recibiendo negativas por
parte del gobierno de EEUU para visitarlo. Han solicitado al Presidente Barack
Obama que les permita concebir un hijo, petición que no ha recibido respuesta.
En el caso de Antonio Guerrero,
continúa separado de su madre, Mirta Rodríguez, quien muy anciana y con
problemas de salud, conserva las esperanzas de poder vivir para reunirse con su
hijo, cuando éste salga de prisión, en el 2017. Las hijas de Ramón han crecido
separadas de su papá, quien lucha contra problemas de salud y conserva la
esperanza de reunirse con su familia antes de 2024.
Desde el triunfo de la Revolución
y la instauración del socialismo en Cuba, no ha cesado el Imperio de Estados
Unidos su campaña contra la isla. Cuba ha sido víctima de amenazas, sanciones,
invasiones, sabotajes, guerra biológica, atentados contra los dirigentes de la
Revolución, y hostigada por un criminal bloqueo económico, además de que ha
sufrido numerosos ataques por grupos terroristas financiados desde Washington. Es
claro que el caso de los Cinco no guarda un principio legal, sino un orden
eminentemente político de agresión a la Revolución Cubana.
En esta hora cuando se acerca el
cumplimiento de quince años de injusticia y prisión por defender la integridad
de su Patria, la indignación se expresa en el mundo. Existen por lo menos 346
Comités por la liberación de los Cinco en 110 países. En Yucatán, el 30 de
marzo del 2009, conformamos el Comité Yucateco de Solidaridad con los Cinco
Presos Cubanos en Estados Unidos integrado por intelectuales, profesionistas y
activistas sociales, con el objetivo de concientizar a la sociedad yucateca de
la necesidad de solidarizarse con la liberación de los Cinco y la exigencia de
justicia para el pueblo cubano.
El actual gobierno de Barack
Obama, a pesar de tener la facultad constitucional de liberar a los Cinco a
través de una orden presidencial, no mueve un solo dedo para poner fin a esta
injusticia. Al iniciarse su gobierno, en algunos discursos quiso dar la
impresión de que estaba dispuesto a cambiar la política imperial hacia la isla
caribeña, hoy los hechos son claros, los intereses del Imperio no son los de la
humanidad, y por tanto los del pueblo cubano.
La sociedad yucateca no puede
ignorar esta demanda mundial de justicia y por ello nos manifestamos a favor de
la liberación de Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René. Consideramos que en
virtud de los fuertes vínculos comerciales, históricos, artísticos y políticos
que la península yucateca ha tenido con la República de Cuba, en nuestro caso
se hace todavía más necesario este pronunciamiento. Al valor universal que la
justicia tiene desde la perspectiva de los derechos humanos se agregan los
fuertes vínculos de solidaridad y hermandad que unen a México, y especialmente
a Yucatán con Cuba.
La dignidad con que los
Cinco han resistido estos años, es un ejemplo y una luz guía en tiempos de
agonía y desesperanza humana. La necesidad de la libertad para los Cinco es
clara, ya es hora de dar el paso que nos conduzca al establecimiento de la
justicia en el mundo, para lo cual, debemos dejar atrás a los imperios y construir el gobierno de los pueblos.
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